¿Puede el Sevilla SAD cambiar de manos en estos momentos?

Paco Cepeda
Paco Cepeda
21/11/2024

"Directiva, dimisión". Es un grito muy recurrente en el campo del Sevilla. Y muy equivocado. Ni hay directiva ni va a dimitir nadie. Pero casi todo el mundo sabe que el Sevilla necesita savia nueva. El Sevilla de las familias ha funcionado, vean los títulos, el último reciente, pero se ha agotado. Están cansados y la mayoría resiste porque quiere recuperar su dinero, incluso ganarle lo que se merecen, y porque no quieren verse en manos de una transición a cargo de Del Nido Benavente, que ya les ha demostrado sin duda su falta de lealtad. Si hay que vender e irse, desde luego la mayoría prefiere controlando esa marcha y no de benaventianas maneras. Las familias que sostienen a Del Nido Carrasco quieren irse casi todos, pero en condiciones. Nada de asaltos al palco ni presiones de matones de tres al cuarto. Es más, aunque ahora la perspectiva de la afición sea otra, lo mínimo es ponerle un busto a cuatro o cinco de esos casi repudiados que tanto han hecho por el Sevilla.

Pero vamos al grano. ¿Cómo se sale de esta situación inaguantable? Difícil. Lo más sencillo sería un acuerdo entre Del Nido padre e hijo. Así las cosas, en diez minutos estaría otro consejo de administración monocolor y, para lo bueno y lo malo, al antojo del expresidente. Si eso no se produce, que de momento no lo parece, lo siguiente es saber quién y cómo pueden representar el 14% de acciones que tienen o dicen tener los americanos o los rusos o el fondo que sea. Esa bisagra de gobernabilidad, mientras un juez no diga lo contrario con una sentencia firme o con medidas cautelares nítidas, estará bloqueada. Por tanto, hasta 2027, nada de cambios, y luego, ya veremos, lo mismo tampoco.

Y aquí radica la cuestión para cuando sea: ¿se pueden vender acciones de control en el Sevilla? La respuesta es que sin acuerdo entre las partes, no se puede. Ni las de los americanos que son rusos pero que no se sabe, porque están judicializadas. Nadie en su sano juicio puede ser ni comprador de buena fe, porque el más lego en derecho sabe que el problema es conocido y que meterse en eso es ganas de poder perder mucho dinero. Hay gente muy capaz que va a estar en el Sevilla del futuro, cuando toque, que se está gastando un buen dinero para saber quién es el interlocutor válido para poder posicionarse en una posible compra de esos títulos, y muchas decenas de miles de euros después, sólo sabe que no se sabe nada.

El resto de grandes paquetes, igual. Hay derechos de arrastre (para la venta conjunta), penalizaciones, derechos proferentes de adquisición... un lío cruzado que también impide, por ejemplo, que la familia Guijarro o la Alés o algunas otras puedan vender libremente o por separado. El propio Del Nido Benavente, al que le vencen pagos de mucho cuidado, no podría vender las acciones bajo su control directo, las que sean, sin contar con los americanos o rusos e incluso sin los firmantes del pacto por la pasta. Ya no es sólo una cuestión de dinero, es que pueden derivarse situaciones penales que desaconsejan por completo un movimiento no pactado. 

Por tanto, para que el Sevilla cambie de manos, o cambie de modelo de gobernanza, con o sin Del Nido Carrasco; su padre, Del Nido Benavente, tiene que meterse en su cabeza que no puede ser futuro de la entidad, porque buena parte de la resistencia que hay ahora para darle un giro a la cosa es el temor de que pudiera entrar como él entra en los sitios. Para ese cambio que pide mucha gente, también hay que buscar una salida a los que ahora están, a todos, incluidos Del Nido Carrasco y Castro. Son casos diferentes y por cuestiones diferentes, pero si no encuentran un camino digno de salida o de paso atrás, no se producirá ningún cambio, es humano. Ellos, por su parte, obligatoriamente deberán tener grandeza, amplitud de miras, para propiciar ese cambio generacional que es un clamor. Cuestiones económicas al margen, porque la principal ocupación profesional de ambos es el Sevilla, su límite está en que no llegue Benavente con el mazo. Porque si eso es así, se van a seguir defendiendo como gatos panza arriba y además van a encontrar aliados.

Y los que están por entrar, capitales de empresarios de primer nivel, primero tienen que analizar bien cómo va a quedar todo, qué es lo posible y lo que bloquea cualquier acuerdo, para que los demás asuman la realidad de lo que hay sin demasiado trauma. No es sencillo, por eso no pasa. Es una situación de bloqueo, pero hay gente muy activa trabajando en darle forma al obligatorio cambio, que se va a producir sí o sí. Apunte un nombre, ya conocido, pero que con el paso de las semanas toma más fuerza si logra vencer todo lo que han leído y lo que se imaginan: Antonio Lappi Perea



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