

El 'gol del cojo' de Gameiro para levantar otro título inolvidable
![]() José Antonio Jiménez 14/05/2020 |
La fecha del 14 de mayo es inolvidable para los sevillistas. Es el día de la final de la Europa League ganada ante el Benfica. En Turín y tras 120 minutos y una tanda de penaltis en los que el Sevilla FC sudó de lo lindo para doblegar a la escuadra lusa.
Aquella Europa League de 2014 supo a gloria, pues de nuevo el Sevilla se disparaba. El título fue poco esperado, la verdad, tras un arranque de temporada más que discreto, un convulso cambio de presidente y una trayectoria europea (la que arrancaba ante el Podgorica en Nervión) plagada de confrontaciones sacadas adelante casi sobre la bocina (ante el eterno rival, ante el Valencia…). Además, todo el mundo pensaba que esa Europa League descansaría en las vitrinas del equipo dueño del estadio que albergó la finalísima (la Juve), vaticinio fallido, pues los turineses fueron eliminados por el Benfica contra pronóstico.
El partido tuvo poco fútbol, pero mucha emoción. Eso sí, el poco que hubo lo puso la escuadra perdedora. La intendencia blanca y el planteamiento de Emery podía con los Rodrigo, Lima, Gaitán, Cardozo… Total, que fueron pasando los minutos y cada vez estaba más claro que los penaltis acabarían decidiendo al campeón. El Sevilla FC era consciente de ello. Sobre todo su entrenador, que no tuvo reparos en mandar a la caseta a Marko Maric 20 minutos después de haber saltado al terreno de juego. Su poca implicación, tanto en ataque como en defensa, explicaban una sustitución poco vista, pero tremendamente justa. Tan necesaria en ese momento.
Y llegaron los penaltis. El cara o cruz desde los once metros. A posteriori se supo que Beto contó con el apoyo de Javi García (el entrenador de porteros del cuadro sevillista) para saber cómo lanzarían los jugadores del Benfica. Unos consejos que no pudieron dar mayor rédito a un Sevilla FC que al cuarto lanzamiento ya disponía de su primera bola de partido. Kevin Gameiro, cojo, tomó la responsabilidad. El galo no erró ante Oblak, aunque luego tuviera que pegarse sin jugar hasta octubre por haber castigado su maltrecha rodilla. El Sevilla FC regresaba a la élite. Dos años después, más gloria en Varsovia y Basilea. Un título forjado a fuego ante un rival al que el destino castigaba una vez más. ¿Por la maldición de Bella Guttman? En cualquier caso, Turín ya es lugar de peregrinación sevillista.