Un inolvidable 30 de diciembre de 1989

José Antonio Jiménez 30/12/2019

Muchos sevillistas habían cambiado de cadena cuando apenas disputados dos minutos el FC Barcelona ya mandaba en el luminoso de un Camp Nou todavía con esa estética tan de los años ochenta del siglo pasado (imagen casi a juego con las camisetas Meyba y Puma de anfitriones y visitantes). Seguidores blancos se temían lo peor estando delante un conjunto que el difunto Joan Cruyff comenzaba a modelar a su imagen y semejanza. Y es que, pese a que el Sevilla FC daba la cara y empataba gracias a una pena máxima anotada por Polster al filo de la media hora, se mostraba impotente ante un rival que no paraba de poner a prueba los reflejos de Rinat Dassaev. El 2-1 del descanso era un resultado remontable, pero el desarrollo de los acontecimientos no invitaba demasiado al optimismo. Y si muchos habían decidido pasar la tarde-noche del sábado en otros menesteres tras el gol de Bakero, el 3-1 firmado por Roberto en el minuto 75 sonaba a golpe definitivo para un conjunto que no acababa de estar a la altura de las circunstancias (eliminado en Copa por el Castellón y excesivamente ‘guadianesco’ en el campeonato de la regularidad). Sin embargo, minutos después del tercer tanto culé se produjo una acción que explica que el sevillismo militante no olvide nunca lo sucedido el 30 de diciembre de 1989 en la Ciudad Condal. Una clara falta fuera del área que Brito Arceo pensó que se había producido dentro. Una decisión que cambió el signo de la contienda.

"Hoy sería raro jugar un partido de Liga un 30 de diciembre. Fue un triunfo inesperado, según se habían desarrollado las cosas sobre el terreno de juego. Un triunfo que a la postre sirvió para apuntalar nuestras opciones de alcanzar la Copa de la UEFA a final de temporada, objetivo que logramos tras hacer un gran año", rememora al respecto Nacho Conte, uno de los protagonistas de la victoria blanca en tierras catalanas. Conte, en la 89/90, disputaba su primera campaña en Primera división. Un curso que superó con nota y que le dio la opción de alcanzar la internacionalidad con la Selección Sub 21 y la Absoluta en un par de ocasiones. "Cuando fiché por el Sevilla lo hice con la condición de hacer la pretemporada con el primer equipo y en caso de no convencer a Vicente Cantatore, marcharme cedido a un equipo de Segunda. Una categoría en la que a finales de los 80 había varios equipos andaluces, buenos destinos para un futbolista en mi situación. Venía de jugar en Segunda B con el Betis Deportivo y todo aquello era dar un paso adelante en mi carrera. El tema es que convencí al entrenador y me quedé en el primer equipo. Confiaba en mis posibilidades, pero mentiría si dijera que me esperaba que lo acabó sucediendo", rememora el exfutbolista nacido en Zaragoza en 1970, actualmente vinculado al mundo de balón redondo gracias a su trabajo en una escuela en el Real Club de Golf de Tenerife (ciudad en la que vive en la actualidad).

Conte, que saltaba al campo cuando las opciones de su equipo que sumar al menos un punto eran bastante complejas, echa la vista atrás para hablar de la cuestionada determinación de Brito Arceo. "Fue una acción muy comentada en su momento, una acción que hoy en día el VAR no habría dado validez. En el campo se veía que la falta era fuera del área. Fue un error muy claro, grave. Pero sin más. Todo el mundo puede equivocarse", valora el autor minutos después del gol que le daba el triunfo a los dueños del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. "El 3-4 fue un gol muy importante, pero bastante fácil al mismo tiempo. Polster hizo un jugadón y únicamente me limité a empujar el balón al fondo de la portería casi sin portero", rubrica uno de los atacantes de mayor calidad que han vestido la casaca sevillista en las últimas décadas.

Lógicamente, no era cuestión de hablar únicamente con Nacho Conte de lo sucedido un histórico 30 de diciembre. Tocaba hacerlo con el MVP de la contienda. Dos goles, dos asistencias y una falta convertida en pena máxima por obra y gracia de un trencilla que actualmente es noticia por su complicada situación económica. "Ganar en el campo del Barcelona siempre es especial. No se gana en el Camp Nou todos los días. Traté de poner toda mi energía para que ese partido se convirtiera en un recuerdo eterno para todo el sevillismo", afirma para este sitio web el austriaco Toni Polster. Un delantero, autor ese curso de 33 dianas en Liga y habitualmente parco en palabras, que quería restarle relevancia a lo hecho por su equipo… pese a lo sucedido con 3-1 en el marcador. "Caí en plena carrera, traté de acabar la jugada… pero no fue posible. Que la acción previa al penalti no fuera dentro del área no quiere decir que la victoria del Sevilla esa noche no fuera justa", sentencia desde su país natal.

Los sevillistas que apostaron hace 30 años por buscar por las tiendas de la capital hispalense el regalo estrella de aquellas lejanas navidades (un trozo del Muro de Berlín) seguro que lamentarán eternamente no haber apostado por su equipo. No podía haber mejor regalo que disfrutar de un 3-4 ante el FC Barcelona. Gratis y sin salir de casa. Un Sevilla FC que lograba contra todo pronóstico un triunfo en un escenario tan mediático. Una histórica victoria que actualmente el VAR habría impedido, pero que en el epílogo de la década de los 80 del siglo fue clave para que Vicente Cantatore y sus hombres alcanzaran la ansiada Copa de la UEFA a la conclusión de la 89/90.

En cuanto al gran protagonista de la noche, el colegiado Brito Arceo, no ha sido posible contactar con él. Sin embargo, las hemerotecas ayudan a recordar lo que comentaba años atrás Juan Manuel Brito Arceo. "Fue una jugada muy desafortunada. Un saque largo de Dassaev, portero del Sevilla, que me pilló muy lejos del área del Barça, así que no pude ver dónde se producía la falta de Serna. Y claro, en esas circunstancias te tienes que fiar de lo que te dice tu juez de línea. Yo no estuve afortunado en la jugada, pero hubo otras personas que tampoco lo estuvieron. No me molesta que me recuerden aquella jugada, para nada. La historia está ahí y no se puede borrar. Cosas como esa nunca se olvidan y hay que aceptarlo con normalidad", relataba al respecto el excolegiado canario.