Dos goles y una asistencia de Juanlu, que además estrelló un balón en el poste, certificaron en Valladolid la tercera victoria como visitante en esta Liga que, al menos hasta el próximo incendio, pone a los chicos de Xavi García Pimienta en disposición de fijarse más en lo que tienen por encima que en lo que viene por abajo. Veremos: este servidor de ustedes cree que ni una cosa ni la otra. El mercado invernal, en Turquía, cierra a finales de febrero y el Galatasaray andaba detrás del campeón olímpico de Montequinto, cuya venta evocó su entrenador en rueda de prensa: “Es que voy a tener que jugar yo…”. Pues menos mal que no aceptaron los diez millones de euros que ofertaban desde Estambul y, también, que el canterano fue alineado como interior, ese puesto en el que tan poco había lucido. Hasta hoy.

Luis García Berlanga incluyó en casi todos sus largometrajes –su opera prima, ‘Esa pareja feliz’ (1953), fue la única excepción– una mención al Imperio austrohúngaro. El cineasta valenciano y su guionista habitual, Rafael Azcona, escribieron algunas de las escenas cumbres del surrealismo universal, justo lo contrario que pretendía hacer el Sevilla en Valladolid, donde la aspiración era dejar de comportarse como una berlanguiana casa de locos frente a un rival conducido en el centro del campo por dos de sus recientes fichajes invernales, Florian Grillitsch y Tamás Nikitscher. En efecto: un austríaco y un húngaro. Mal presagio para un visitante con tanta proclividad al sainete. Su anfitrión, colista y con Ronaldo, el dueño, loco por deshacerse del marrón, no le va a la zaga.

El esperpento, al final, vestía de blanquivioleta y Juanlu empezó a aprovecharse a los cinco minutos, cuando irrumpió en diagonal en el área para recoger un envío de Vargas e inauguró el marcador con un zurdazo que mordió David Torres, mandándolo a la escuadra. Se anunciaba una tarde plácida a orillas del Pisuerga y a fe que lo fue, ya que el Valladolid era un cadáver que no creó una sola ocasión en el área de Nyland y que, mansurrón, esperaba el descabello que a punto estuvo de asestarle el propio Juanlu antes del ecuador del primer tiempo, pero Hein desvió al palo su remate. En la última jugada antes del descanso, el interior diestro le hizo la pared a su colega Isaac y el lebrijano asestó un zurdazo precioso que entró por la escuadra.

La única ocasión local del segundo periodo preludió la liquidación del asunto. Mario Martín hizo un excelso control al borde del área, cedió a Anuar y su disparo lo salvó, a portero batido, Pedrosa. El balón rebotó en la mano del lateral sevillista, un “sigan-sigan” de libro que terminó en la portería contraria, con Lukebakio dividiendo la defensa y dejado solo delante mano a mano a Juanlu, quien firmó el doblete. Este muchacho crispa a crítica y público porque está claro que tiene cualidades… a ver si le empiezan a lucir. En una jugada idéntica, contraataque a galope tendido, Vargas fijó a la defensa en inferioridad numérica y abrió hacia la izquierda, esta vez, donde Dodi fusilaba con zurdazo raso el 0-4, su décimo gol en esta Liga. Sí, fue coser y cantar.

Real Valladolid (0): Hein; Luis Pérez, Aidoo, David Torres, Candela; Nikitscher; Mario Martín (Juric, min. 74), Anuar, Grillitsh (Amallah, min. 46), Aznou (Machís, min. 46); y Latasa (Sylla, min. 62).

Sevilla FC (4):  Nyland; Carmona, Gudelj (Ramón Martínez, min. 85), Kike Salas, Pedrosa; Agoumé, Juanlu (Manu Bueno, min. 82), Sow; Lukebakio (Peque, min. 85), Vargas (Suso, min. 82) e Isaac (Ejuke, min. 76).

Goles: 0-1, min. 5: Juanlu. 0-2, min 45: Isaac. 0-3, min. 67: Juanlu. 0-4, min. 84: Lukebakio.

Árbitro: Javier Alberola Rojas (Comité de Castilla-La Mancha). Amonestó a los locales Nikitscher, Anuar, Amallah y Sylla; y a los visitantes Isaac y Pedrosa.