El Sevilla no está para estas guerras, aunque tampoco le conviene pasearse por los campos de prestigio ofrendando goleadas. El 5-1 que le endosó el Barcelona, que habría marcado una docena de goles de haberlo necesitado, tiene la leve atenuante de que comenzó con una acción rigurosa en su área tras veintitantos minutos de aceptable imagen. Apenas nada, porque el equipo se desmoronó al primer soplido de viento contrario, como le ocurrió por ejemplo frente al Girona. A partir de ahí, y quedaba más de una hora, la falta de competitividad visitante impidió cualquier análisis serio. Una derrota rotunda más dos lesionados, Ejuke y Suso. Vaya nochecita.

Era una de esas noches, como la de la temporada pasada en este mismo mes de octubre e idéntico escenario, que se encaminaba hacia la denominada derrota digna, si me permiten el contrasentido. Firme en defensa con seis jugadores muy juntos y encomendado a las estampidas de sus dos extremos, a García Pimienta sólo le fallaban sus dos delanteros para que el plan fuese perfecto, porque Isaac se perdía en la esterilidad del topetazo mientras habitaba en fuera de juego y Peque, en fin, hacía de Peque: un muchacho hábil y preñado de voluntad al que, por ahora, le viene la Primera división como a un pigmeo un combate contra Foreman. Estuvo brillante en la ventana internacional: contra la sub-21 de Malta. LA-SUB-21-DE-MAL-TA.

Todo más o menos iba bien, o sea, hasta que Peque dinamitó el partido en tres minutos. En este Barça ahormado con mucho talento canterano por Hansi Flick, fue otro ‘nen’ criado en La Masía el que descerrajó el partido para el líder. Sin querer, Gerard Fernández, de L’Hospitalet de Llobregat, cometió el penalti (penaltito) sobre Raphinha que permitió a Lewandowski abrir el marcador y perdió la pelota que facilitó poco después el 2-0, obra de Pedri con sospechosa impulsión geriátrica de Nyland.

Faltaba por llegar la peor noticia de la primera parte, que no fue el tercer tanto culé sino la lesión de Chidera Ejuke, latigazo en la parte de trasera de su muslo izquierdo que no augura menos seis semanas de ausencia. El internacional nigeriano ha vivido una semana complicada, con una estancia larguísima en el aeropuerto de Trípoli sin víveres ni una mala colchoneta para tumbarse. Muchos entrenadores ahorran esfuerzos a sus futbolistas al regreso de un viaje largo, algo que declinó García Pimienta. Mala suerte o imprudencia del técnico, quién sabe cuál fue la causa de la lesión del extremo. Como casi siempre, un poquito de cada.

Sambi Lokonga suplió a Ejuke en el descuento y Suso sentó a Peque en el descanso, aunque la segunda mitad tenía más tintes de becerrada que de partido. Con un Sevilla derrotado y golpeado por la fatalidad, sólo cabía encomendarse a la misericordia del Barcelona para evitar el sonrojo. Espera a los blaugranas una semana de aúpa contra Bayern y Real Madrid, así que podía esperarse un poquito de trantrán y dosificación de minutos. El gaditano intentó alguna escaramuza antes de marcharse lesionado, él también, para dejar paso al fabuloso Idumbo, un chico en quien la dirección deportiva tiene una fe tridentina y que se lució con un bonito gol al contragolpe, fulgurante su carrera y precisa su definición a la salida del portero.

El marcador local, en fin, incrementó hasta la manita gracias a un doblete de Pablo Torre. Una derrota tan abultada siempre desprestigia, claro, aunque lo verdaderamente malo es la sensación de que el Sevilla no tiene ningún negocio que resolver con los aristócratas de la Liga mientras se presente en escenarios así con una delantera tan menguada. Con tres atacantes cuenta en su plantel García Pimienta, Iheanacho, Peque e Isaac, que suman la friolera de cero goles a la conclusión de la décima jornada. La nómina la componen un señor con obsceno sobrepeso y dos chavales que llevan un rato en Primera. Con estas herramientas ofensivas, cada victoria va a costar un imperio.

FC Barcelona (5): Iñaki Peña, Koundé, Cubarsí, Iñigo Martínez, Balde, Casadó, Ansu Fati (Pablo Torre, minuto 75), Lamine Yamal (Gerard Martín, minuto 75), Pedri (Gavi, minuto 83), Raphinha (Fermín, minuto 65) y Lewandowski (Pau Víctor, minuto 65).

Sevilla FC (1): Nyland, Carmona, Badé, Marcao, Pedrosa (Montiel, minuto 81), Agoumé (Idumbo, minuto 68), Gudelj, Lukebakio, Peque (Suso, minuto 46 (Sow, minuto 68)), Ejuke (Lokonga, minuto 45) e Isaac Romero.

Goles: 1-0, minuto 23: Lewandowski, de penalti. 2-0, minuto 28: Pedri. 3-0, minuto 39: Lewandowski. 4-0, minuto 82: Pablo Torre. 4-1, minuto 87: Idumbo. 5-1, minuto 89: Pablo Torre.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea, vasco. Amarillas para Pedrosa, Ansu Fati y Sow.