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1ª División (2024/2025) > Jornada 2
Una defensa de Primera RFEF
Lucas Haurie
La impresión de la primera jornada, como no podía ser de otro modo, se confirmó en la segunda. O el Sevilla incorpora a dos centrales, como mínimo, en estos últimos días de mercado o ya puede ir planificando el intento de ascenso de la campaña 25/26. La tarifa de la defensa de broma, dos goles en contra, volvió a facturársela el Villarreal, que además contó con un magnífico portero que le permitió llevarse los tres puntos. El equipo de Xavi García Pimienta practica un fútbol razonable, por momentos bueno, pero con semejantes defensores irá deteriorándose la confianza hasta terminar irremisiblemente en el hoyo. La broma de pésimo gusto de darle minutos a Marcao costó un punto. El brasileño, es de esperar, no volverá a jugar y el martes le tocará meter la pata a otro.
En la vida, en el fútbol, no todo es ser valiente. Acopió el Sevilla valor, o sea, para presionar de inicio al Villarreal… pero lo hizo de forma descoordinada. Atrajo Conde al rival hasta su punto de penalti y en cuatro toques, con la ayuda de un (no) achique deplorable de Badé, se plantó solo Danjuma ante Nyland para marcar el 0-1 cuando habían transcurrido setenta segundos. El subcampeón olímpico sufrió un despiste ídem, digamos, y dejó en suspenso la idea generaliza de que es el central más competente de la plantilla. Si hasta el bueno de Loïc mete semejantes pifias, ¿qué no temer de los demás?
Pues que, como sucedió a los cinco minutos, permitiesen otra irrupción de Baena, que le regaló el segundo a un Pepé que tuvo el detalle de estrellar su remate a bocajarro en el pecho del portero. Un coladero comparecía en el Sánchez-Pizjuán, continuación lógica de la verbena defensiva de Las Palmas, y menos mal que a Marcelino le pudo vena amarrategui porque en vez echarle sal a la herida sevillista, mandó un repliegue que resucitó a los locales, a quien un fuera de juego milimétrico privó del empate logrado por Juanlu.
La primera mitad del Sevilla fue decente pero no tranquilizadora. Quería mucho son poder casi nada y cundía la sensación de que el Villarreal, que guardaba armas de grueso calibre en el banquillo, mataría el partido en cuanto le viniese en gana. Permitían los castellonenses que los locales acumulasen acciones de ataque no demasiado claras y sin continuidad alguna, pero un tiro remate de Badé tras una falta lateral, un tiro de Isaac tras robo en zona sensible y un remate cruzado de Saúl iban sumando, por aquí y por allá, motivos para la esperanza en el empate que llegó en el largo descuento de la primera parte, cuando Ocampos mandó un pase largo a Lukebakio y el belga, siempre genialoide e inconstante, la embocó con un empalme de diestra, su pierna menos hábil. A la espalda de Bailly y Kambwala, en efecto, pasaban cosas.
Diego Conde, que la campaña pasada ascendió con el Leganés, habría sido el gran protagonista del segundo tiempo si el encuentro hubiese terminado en empate. Sus tres formidables paradas a Isaac, Saúl e Iheanacho impidieron que el Sevilla cobrase una ventaja que mereció, o con la que debería haber sido castigada la porosidad de la defensa visitante. Frente a un Villarreal cada vez más fatigado, con tendencia por tanto al desorden, los sevillistas cercaban su portería pero él resistió todos los embates: el remate a bocajarro del lebrijano, la falta a la cruceta del centrocampista y el punterazo felino del ariete, que salió junto a su compatriota Ejuke en lo que fue un debut prometedor de ambos.
¿Empate por méritos del guardameta rival? Era lo que parecía que iba a suceder y lo que deseaba con fervor el Villarreal, que perdía tiempo con descaro en el descuento hasta que Marcao le regaló el 1-2. El brasileño había suplido a Kike Salas, víctima de su enésimo problema muscular, ofreciendo una estampa circense: fuera de peso y yendo a cada duelo como un búfalo, espoleado por el jaleo guasón de la hinchada, que no tiene más remedio que tomárselo a rechifla. A su cada vez más comprobada invalidez física sumó el mocetón un descontrol emocional impropio de un deportista de élite. En un balón sin peligro, se tiró como una foca amaestrada para no tocar el balón en cómica cabriola y borrarse de la jugada, con tan mala fortuna que el rebote cayó sobre su par, Ayoze, quien fusiló el gol de la derrota. El gol del desánimo y el gol de la inquietud. Otra vez.
Ficha Técnica
Sevilla FC (1): Nyland, Carmona, Badé, Kike Salas (Marcao, minuto 75), Pedrosa, Agoumé, Saúl, Juanlu (Sow, minuto 70), Ocampos (Jesús Navas, minuto 86), Lukebákio (Ejuke, minuto 70) e Isaac (Iheanacho, minuto 75).
Villarreal CF (2): Diego Conde, Kiko Femenía, Bailly (Albiol, minuto 83), Kambwala, Sergi Cardona, Santi Comesaña (Dani Parejo, minuto 72), Pape Gueye, Akhomach (Yeremi, minuto 72), Baena, Pépé (Barry, minuto 65) y Danjuma (Ayoze, minuto 65).
Goles: 0-1, minuto 1: Danjuma. 1-1, minuto 45+6: Lukebakio. 1-2, minuto 95: Ayoze.
Árbitro: Díaz de Mera Escuderos, manchego. Amarillas para Baena, Isaac, Danjuma, Carmona, Bailly, Agoumé, Ayoze y Dani Parejo.
El mejor del encuentro
Saúl
SaúlVa a ser el líder del Sevilla. No es vistoso, pero sí buen jugador.