
Regreso al... pasado
![]() Lucas Haurie 15/04/2025 |
Joaquín Caparrós siempre se pareció más a Michael Keaton –alguna máscara de Batman le cayó de regalo en los amigos invisibles del vestuario– que a Christopher Lloyd, el actor que encarnó al doctor Brown, el inventor de la máquina del tiempo de 'Regreso al futuro'. Pero los años, además de la impagable experiencia de dirigir 500 partidos en Primera división, le han agregado al personaje un histrionismo que le confiere al competente técnico cierto aire de científico chiflado. No se dejen engañar, sin embargo, porque el utrerano domina el mensaje magistralmente. En su cuarta presentación como entrenador del Sevilla, un recital de anacolutos en contra de cualquier ortodoxia comunicativa, la palabra que más repitió fue "unión".
Resulta llamativo que, veinticinco años después de aquella pretemporada en Punta del Moral en la que el más optimista habría firmado no descender a Segunda B, todavía haya quien confunda el discurso atropellado de Caparrós con la escasez de claridad de sus ideas. Nada de eso: en su primera respuesta, mencionó a dos santos patrones venerados por el sevillismo –Roberto Alés y Monchi– y en la segunda, sin que nadie le preguntase por ello, dijo a los aficionados que protesten todo lo que quieran a final de temporada, pero que el domingo deben convertir "nuestro templo del Ramón Sánchez-Pizjuán" en una hoguera donde arderá un Alavés que, remate con media verónica, "va a venir con el culito apretado". Puede que esté desactualizado en cuanto a la evolución de las diagonales invertidas del bloque bajo. ¡Como si eso importase en un momento así!
Porque el que Del Nido Carrasco y Orta hayan echado al tapete el comodín Caparrós, amigos, no ha sido una decisión con base futbolística, sino social. El pobre García Pimienta, milagrero de los 36 puntos sin nadie de delantero ni más defensa potable que Badé, estaba amortizado desde que se comprobó que su permanencia holgada no iba a convertirse en pelea por volver a Europa, y la racha de cuatro derrotas consecutivas lo sentenció. Pero, ¿qué va a dar un relevo en el banquillo en estas siete jornadas? La certificación de una salvación ya amarrada y la confirmación de que no hay futbolistas para mayores logros. O sea, nada multiplicado por cero. Pero va a mitigar el ambiente enrarecido que promete el Sánchez-Pizjuán en los cuatro últimos turnos caseros, y eso es considerado suficiente por la superioridad para ganar tiempo y seguir respirando (cobrando) en verano. "Unión", repitió con insistencia Caparrós. O sea, no me arméis escándalo porque yo soy uno de los vuestros.