García Pimienta y el bucle del banquillo

Miguel Ángel Chazarri 02/04/2025

Realmente, el bucle no es que haya comenzado, es que jamás terminó. García Pimienta gana poco, acaba de perder un derbi y al equipo se le ve sin sangre. Así que el minuto y resultado del 'partido' indica, una vez más, que el entrenador ha perdido casi todo el crédito entre la dirigencia del club. El técnico, siempre a juicio de los mandamases, ha ido decepcionando lentamente y sin pausa. Por una sencilla razón: en el club se considera que existen mimbres suficientes para colarse en la pelea por Europa con todos los argumentos y que la plantilla confeccionada no es tan pobre como parece. Europa está barata y ni aun así el Sevilla la pelea de verdad. Por supuesto, el argumento de la calidad de la plantilla se presta a debate. Lo más grave es que el equipo no engancha, no ilusiona. Juega demasiado frío, demasiado inocente. Demasiado absurdo.

El banquillo, por tanto, ha entrado en un bucle ya clásico. En el club le achacan al entrenador un mal manejo de las situaciones en los cambios y movimientos tácticos. García Pimienta no mejora el equipo cuando le toca actuar y da la sensación de ir siempre con el freno de mano echado. Claro que tales argumentos, reales como la vida misma, conducen siempre a la misma pregunta: ¿se puede aspirar a más que una desahogada permanencia con esta plantilla?

El proceso con el entrenador de turno es cansino. Consta, básicamente, de cinco pasos: coste asequible, fase de ilusión vana y veraniega, canta la gallina, llegan las derrotas y despido. Renovado en septiembre tras ganar al Valladolid, sus argumentos en la sala de prensa -el Sevilla ofrece una mejor cara ante "los grandes", los nervios de sus futbolistas en los partidos de casa, sensación "agridulce" tras perder un derbi, los zambombazos de Badé y Carmona...- no ayudan. Pese a que existen carencias alarmantes, como la falta de un '9', los dirigentes siguen convencidos: con otro manejo de los recursos no se habrían escapado tantos puntos.

¿Habrá despido?

La gran pregunta ahora es qué ocurrirá si hay sainete ante el Atlético de Madrid el próximo domingo. Fuentes consultadas por Muchodeporte aseguran que no habrá despido en caso de derrota, que la intención es terminar la temporada con García Pimienta. No eleven nada a definitivo. Las ideas no están claras. En caso de próximas derrotas nadie puede asegurar qué ocurrirá. El mercado no ofrece opciones en este momento. Los recursos en caso de que funcione la guillotina serían Caparrós o Jesús Galván, entrenador del Sevilla Atlético, al que no hay ganas de quemar por lo que pueda pasar la próxima temporada.

García Pimienta paga el peaje de su inexperiencia. No se engañen: en el pecado va la penitencia. El modelo elegido es justo éste. El Sevilla sigue en sus trece de jugársela con un entrenador asequible en lo económico para ver si nace el mirlo blanco. Difícil. La losa económica tampoco deja margen para fichar a un gran entrenador. Conviene recordar que Jagoba Arrasate, la primera opción el pasado verano, eligió el Mallorca. La pescadilla lleva a apuestas de perfil bajo que resultan de escasa enjundia para un Sevilla necesitado de capacidad y referentes.