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Del 1-1 como sopor insondable
![]() Lucas Haurie 01/03/2025 |
En las ocho últimas jornadas, el Sevilla ha empatado a uno cuatro veces. Este resultado ni fu ni fa, no defiendes del todo mal aunque no terminas de ser eficaz en ataque, es el perfecto epítome de la temporada sevillista. Peor: de la vida del club en este último trienio, con la gloriosa excepción del título de Budapest, cuando se empeña en desmentir a los cenizos que le auguran un descenso con tanta contumacia como decepciona a los optimistas que se ilusionan con volver a Europa. Mediocridad es la palabra, o sea, de la que en Vallecas sólo escaparon la sólida actuación de Nyland, artífice de la suma de un punto igual que culpable fue el lunes del empate del Mallorca en el descuento, y el golazo de Lukebakio, única lucecita que brilla en la noche oscura.
Dos disparos potentes de Pedrosa y una llegada insidiosa de Álvaro García anunciaban rock and roll en Vallecas, un escenario en el que se prima más el ritmo que la precisión. García Pimienta mandó presionar muy alto, así que la obligación para extremos e interiores era volver a toda pastilla cuando los locales batían líneas. Una partida de ajedrez interesante y todo un reto físico para los pupilos del entrenador-que-tarda-mucho-en-hacer-los-cambios. Y tarda, la verdad, el buen hombre sí que tarda. La primera ruptura clara, recorte de Trejo para desactivar a Carmona, terminaba con pase de la muerte a Nteka y paradón de Nyland. Fue lo último que hizo el pobre Randy, que enseguida se marchó lesionado.
Más allá de los acercamientos iniciales, el Rayo estaba más afilado porque los centrocampistas de negro no lograban hilar tres pases. Ni siquiera dos, como las lesiones de las huestes de Iñigo Pérez en apenas media hora, cuando Mumin también debía abandonar el césped. Como el lunes, la amenaza del Sevilla se llamaba Kike Salas, que exigía un manotazo salvador de Batalla al rematar un córner. Poco después, Vargas disparaba raso con poco ángulo tras un regate meritorio sobre Ratiu. Los encaramientos del suizo eran, al descanso, la otra arma de un equipo romo por la inoperancia total de Lukebakio e Isaac.
Precisamente Vargas aprovechó las pantallas de sus compañeros para cabecear solo en una estrategia nada más reanudarse el choque. Bueno, no para cabecear; para ‘hombrear’ porque pifió un cabezazo que debería haber supuesto el 0-1. Un minuto después, la cantada era de Kike Salas al dejar corta una cesión a Nyland, que le ganaba el mano a mano a Trejo para corregir el fallo de su compañero. González Fuertes no necesitó la asistencia del vídeo para negar el penalti que pedían los vallecanos; y menos mal, porque la tormenta que caía sobre Madrid hizo caer las comunicaciones entre el estadio y la sala VOR.
El Sevilla cree en sus canteranos, más quizá porque no tiene otro remedio que por convicción. Carmona y Kike Salas venían de encadenar buenas actuaciones, pero el moronense casi le regaló el gol al Rayo y una pérdida del visueño preludió la apertura del marcador. No fue un obsequio, porque el derechazo de Ratiu a la escuadra fue primoroso, aunque no se habría lucido el rumano de no haber conducido José Ángel de manera irresponsable hasta permitir el robo de Álvaro García. La élite es inmisericorde y a estos chicos, que puede que vayan por buen camino, aún les falta. La desventaja martilleó las cabezas de la muchachada de negro, tierna de edad y de carácter, que esperaba soluciones desde el banquillo para no resignarse a perder.
García Pimienta sacó primero al renqueante Ejuke por Carmona, y después agotó su paciencia con Isaac –Lukebakio sería el punta– para dar minutos al adolescente Idumbo. Agoumé, por su parte, entraba por el fatigado Sow. He ahí los recursos a los que dirigencia conminaba a sacar partido: juzguen ustedes mismos. Pues pásmense: los dos últimos nombrados lanzaban un contragolpe surgido de las manos de Nyland para que Dodi empatase con un golazo marca de la marca. Diagonal desde la derecha y rosca con la zurda al cajón. Sin tiempo para celebrar, Lejeune redobló la apuesta de los dos primeros tantos con un trallazo de 40 metros que Nyland desviaba al travesaño y debía intervenir, firme, el portero noruego otra vez para tapar el tiro de Álvaro García. Si un fallo suyo había restado dos puntos contra el Mallorca, en Vallecas sobrevivía el Sevilla gracias a él.
Ficha técnica:
Rayo Vallecano (1): Batalla, Andrei Ratiu, Lejeune, Mumin (Aridane, minuto 34), Pep Chavarría, Pathé Ciss, Pedro Díaz (Valentín, minuto 69), Trejo (Gumbau, minuto 69), Embarba (Balliu, minuto 69), Álvaro García y Nteka (Sergi Guardiola, minuto 25).
Sevilla FC (1): Nyland, Carmona (Ejuke, minuto 69), Badé, Kike Salas, Pedrosa (Suso, minuto 90), Juanlu, Sow (Agoumé, minuto 74), Saúl, Lukebakio, Vargas (Manu Bueno, minuto 90) e Isaac Romero (Idumbo, minuto 74).
Goles: 1-0, minuto 54: Andrei Ratiu. 1-1, minuto 81: Lukebaki.
Árbitro: González Fuertes, asturiano. Amarilla para Gumbau.