Poder con el toro
Miguel Ángel Chazarri 08/01/2025 |
El problema del Sevilla no es el paso atrás. Esto es fútbol. Todos los equipos, menos dos, entran en período de dudas y dejan de ganar a la espera de que la lluvia purificadora apague el fuego. Ya quisiera el fútbol español, menos tres, la crisis del Sevilla. Así lleguen todas, con un sinfín de títulos y partidos memorables. Este período se vería como algo duro pero natural siempre y cuando se notara, se sintiera y se viera que algo empieza a florecer de la tierra quemada. Y, sobre todo, que los dirigentes manejan con calma y pulso firme la situación. Que pueden con el toro.
En este momento, no se observa ni una cosa ni la otra. La Copa del Rey ha destrozado el proyecto y ha levantado dudas que hasta se pueden llevar por delante al entrenador como no gane varios partidos pronto. En pleno apocalipsis sevillista, palabras sinónimas, la Copa ha levantado la pregunta que más duele y que en realidad nunca se fue: ¿será el Sevilla el próximo Valencia? Así es difícil seguir, la verdad. Y no por el clima en el sevillismo, masa confundida que lo mismo ha pitado con un título europeo delante de sus narices que con las ridiculeces que ahora se ven con frecuencia.
Ya en anteriores artículos dejé claro quién es, bajo mi punto de vista, el padre de la descomposición, dudoso honor que recae en Del Nido Benavente. El segundo es Monchi, culpable del colapso económico más absoluto. Y por supuesto la tercera pata, por exclusivo orden cronológico, son los actuales dirigentes, que venden una reconstrucción que no sabemos si es tal o simplemente una aceleradísima pérdida de calidad con fondo aún desconocido. Así que en tan inquietante escenario se mueve el Sevilla: tomando decisiones ridículas, como la retirada del carnet a Del Nido Benavente, ganando muy poco, hablando de un tal Bobadilla, renovando a Kike Salas y con un delantero que iba a cobrar 750 mil euros dando calabazas.