4-2: Becerrada y maquillaje
Lucas Haurie 22/12/2024 |
Caímos a última hora en la cuenta de que, tal vez, el empeño de Jesús Navas por despedirse en el campo del Real Madrid era un guiño para nostálgicos y una tirada de dados por si la cábala: el 22 de diciembre de 2004, hace veinte años justos, el palaciego jugó por primera vez en el Santiago Bernabéu, donde el Sevilla de Joaquín Caparrós se impuso por la mínima con gol de Julio Baptista (y participación de Sergio Ramos, Dani Alves o Javi Navarro, entre otros: cualquier tiempo pasado…). Los sueños, sueños son, en fin, y la realidad es que los sevillistas rinden una vez al año visita al Paseo de la Castellana para ser sujetos pacientes de una lapidación sumarísima. Esta vez, fue por 4-2. Ni tan mal, para lo que por momentos pintaba la tarde.
Si el Celta aceptó mansurrón ser el convidado de piedra en la despedida de Jesús Navas en el Sánchez-Pizjuán, el Sevilla presentó idéntica ausencia de rebeldía en su adiós definitivo, como no queriendo estropear el espíritu de concordia reinante en los prolegómenos (un homenaje breve, bonito y sin estridencias, bien por el protocolo florentiniano). Así, se presentó en el Bernabéu un visitante apocado y lanar, sin la menor gana de competirle al Real Madrid. Que es de por sí misión complicada, de acuerdo, pero se torna imposible del todo si los colorados se comportan como buenos chicos, con cara de perdedor en cada duelo, blanditos en el balón dividido y tímidos, o más bien sumergidos por un complejo de inferioridad asumido, cuando les tocaba manejar la pelota.
Mbappé y Valverde abrieron el marcador con sendos golazos, dos tiros durísimo marca de la casa de cada cual, sí, aunque habría estado bien Álvaro Fernández hubiese sacado alguna manita, como la que tampoco pudo meter en el remate centrado con el cual hizo Rodrygo el 3-0. No se culpa con este párrafo al portero riojano del duro resultado que campeaba en las tablas a la media hora, ni mucho menos, pero tampoco podemos afirmar que vivió su mejor tarde. Las defensas con la mirada de gente como Agoumé o Gudelj, hologramas para no molestar, también contribuyeron al desaguisado y, para que no se dijera, la zaga madridista se sumó a la fiesta presenciando el descuento de Isaac, tras magnífico centro de Juanlu, sin interponerse demasiado.
En la última jugada de la primera parte, Rudiger despejó en corto un córner pero Gudelj, en posición sencilla para un francotirador de su nivel, no supo ajustar su tiro a botepronto; en la primera acción de la segunda, Courtois le entregó el balón a Idumbo y el pase de la muerte de éste a Isaac fue rematado sin colmillo, al centro, por el lebrijano. Dos muestras luminosas de que nadie, ni el laureado Real Madrid, vive del todo a salvo de un ataque de mandanga. Esos regalos hay que aprovecharlos o… encaje de bolillos de Mbappé para asistir a Brahim, que marcó el 4-1. Partido liquidado, por si acaso no lo estaba ya.
Con media hora por jugarse y un tanteo al borde de la goleada vergonzante, Jesús Navas suplió a Idumbo para clausurar su suntuosa carrera como futbolista profesional. Un ruego, quizá, al poderoso rival para que levantase el pie del acelerador. Nada más salir, el joven jubilado taconeó para dejar solo a Isaac, que chutó al poste. ¡Qué bonito habría sido! Con esa belleza adicional que resplandece en las cosas que no sirven para nada, según creemos los seguidores de Nuccio Ordine. Corran a comprar su manifiesta “La utilidad de inútil” si aún le deben un regalo navideño a algún ser querido sensible.
La estratagema sentimentaloide se García Pimienta surtió efecto en el Real Madrid, cuyas estrellas se olvidaron del balón para empezar a ensoñarse con la lujosa semana de vacaciones que les aguarda en remotas latitudes. Peque aprovechó la desatención del rival para filtrar un estupendo pase cruzado a Lukebakio, quien incurrió por izquierda y fusiló con un tiro al primer palo a su compatriota Courtois. En la jugada siguiente, todavía con algunos minutillos por delante, un centro de Navas se paseó por la raya de gol sin que García Pascual acertase a empujar el tercer tanto visitante, que habría animado de forma inexplicable el fin año en el Bernabéu. Feliz Navidad, o sea.
Ficha técnica:
Real Madrid (4): Courtois; Lucas Vázquez, Tchouaméni, Rüdiger, Camavinga; Valverde, Ceballos (Modric, minuto 70), Bellingham (Asensio, minuto 76); Brahim, Rodrygo (Guler, minuto 70) y Mbappé.
Sevilla FC (2): Álvaro; Carmona, Badé, Gudelj, Kike Salas (Montiel, minuto 86); Agoumé, Juanlu (Peque, minuto 74), Sambi (Manu Bueno, minuto 86); Lukebakio, Idumbo (Jesús Navas, minuto 64) e Isaac Romero (García Pascual, minuto 74).
Goles: 1-0, minuto 10: Mbappé. 2-0, minuto 20: Valverde. 3-0, minuto 33: Rodrygo. 3-1, minuto 34: Isaac Romero. 4-1, minuto 52: Brahim. 4-2, minuto 85: Lukebakio.
Árbitro: Díaz de Mera Escuderos, manchego. Amarillas para Sambi, Ancelotti, Valverde y Kike Salas.