Hacia una nueva ruptura de relaciones
Miguel Ángel Chazarri 16/12/2024 |
Primer punto del orden del día: realmente, ¿qué significa que Sevilla y Betis rompan relaciones? En la práctica, casi nada. Tres fotos con el alcalde en la azotea del ayuntamiento y nula presencia conjunta en iniciativas en las que sí trabajan juntos. Poca cosa. Estéticamente, algo más. Seguro que los poderes de la ciudad se pondrán a partir de ahora en alerta, ya que un político nunca quiere convulsión en el pueblo. Mediáticamente, por unas horas, la actualidad de Sevilla también copará los primeros minutos de los programas nacionales.
Se va hacia lo segundo. Tras las sanciones a Isaac Romero, Carmona y Juanlu por mostrar la bandera antiBetis en el último derbi (1-0), el Sevilla cree que el Betis ha traspasado una línea inquietante. Ha ido contra los jugadores. Es cierto, se puede argumentar en la parte verdiblanca, que el tifo mostrado en 2022 del 'escape room' fue denunciado por el Sevilla ante Antiviolencia. Ahí se quedó todo. No se tocó a nadie. El Sevilla no fue contra Guardado, Alexis o el propio CEO de la entidad, Ramón Alarcón, que simularon desmayos de mofa hacia Joan Jordán tras eliminar al Sevilla en los octavos de la Copa del Rey.
El club de Nervión decide en estos momentos la postura a tomar. Repetimos, todo apunta a la ruptura de relaciones. El Sevilla deja pasar unos días porque tampoco desea apagar el enorme y emotivo eco de la despedida a Navas, al que todavía le queda pendiente el homenaje del día 30, con, en principio, presencia del Betis por medio de Joaquín y Pellegrini. Está por ver que sea mediante un comunicado o mediante la comparecencia del presidente, José María del Nido Carrasco.
Las relaciones se encuentran muy tocadas. Por un lado, no hay que llevarse a engaño ni caer en un buenismo vacío: el Betis se salió con la suya. Entiende que aquello fue una falta de respeto hacia el escudo de la entidad y denunció contra los jugadores para que fueran castigados, como ha ocurrido. El Sevilla, a partir de ahora, cambiará su política, siempre más proclive a dejar pasar fundamentalmente porque gana más. Realmente, las relaciones entre uno y otro siempre son más paripé que otra cosa. Lo dicho, últimamente se ha mantenido la cordialidad justa para poder darle tres veces la mano al alcalde en la azotea del ayuntamiento. Ahora, esa foto, y otros actos conjuntos, costará más verlos.