JNG, las siglas
Javier González-Cotta 13/12/2024 |
Podría uno marcarse un Macondo a medida, si se quiere forzado o simplemente patatero. Pero ahí va. "Mucho tiempo después, frente al pelotón de los años, Pablo Blanco habría de recordar aquella tarde remota en la que el azar lo llevó a conocer al duende Jesús Navas". Nuestro Macondo estaba en Los Palacios, pero no entre huevos prehistóricos ni casas de caña brava, sino en aquel genuino campo de albero, donde la forja primera, en el pueblo de los tomates y el agropop de Pepe Begines y Los chanclas.
JNG, Jesús Navas González, jugará ahora su último partido en el Sánchez-Pizjuán con la camiseta del Sevilla FC. Quedará la despedida en competición oficial ante el Real Madrid y, más tarde, en el coso de Nervión, tendrá lugar la fiesta de su adiós para todas las edades el próximo 30 de diciembre.
Nunca lo menudo tuvo tanto fuste. JNG son las siglas de un niño-hombre legendario. Siglas que también son números, guarismos que, volviendo a Macondo, casi son de realismo mágico: 705 partidos con la camiseta –y a veces túnica– del Sevilla FC (a falta de que juegue contra el inminente Celta de Vigo y el citado Real Madrid). A ello se le suman ocho títulos con el Sevilla y otros cuatro títulos con la selección española (incluido el Mundial de Sudáfrica, con aquel gol de Iniesta y en cuya urdimbre colaboró JNG). Es también el jugador que más derbis de acera a acera ha disputado. Y como coda y sahumerio, el 16 que ha llevado a la espalda es otra cifra más, que lo eleva al panteón de los por siempre vivos.
En la cuenta atrás de su adiós deportivo, se está hablando y escribiendo con merecidos parabienes en los medios. El adiós de JNG trae algo de obituario. Pero no por el propietario de estas siglas, que son y serán por siempre inmortales. La necrológica tiene mucho de nosotros mismos. La vida nos va echando su palada de tiempo por encima, sobre los hombros o sobre el pelo entrecano (y si lo hubiera). Recordar es ver volver y el fútbol, pese a su lado miserable, es otra unidad de desplazamiento en el tiempo.
El cambio de siglo trajo consigo el hito que, por entonces, tardaría largos años en hacerse sin interrupción de lesiones. Hasta hoy, con la consabida abolladura de cadera. El 23 de noviembre de 2003 JNG, tras suplir a Paco Gallardo, debutó en el Sánchez-Pizjuán con el Sevilla ante el Español. Ahora uno agradece que fuera con una derrota en casa, para que el pasado no nos resulte tan edulcorado. El resto es como la construcción de una catedral del fútbol (no piensen en San Mamés). De ahí los cimientos y su arboladura, como los ahora 703 partidos con el Sevilla (a falta de que puedan ser 705) y una vida peculiar y silente jalonada en el club de Nervión, salvo el paréntesis extranjero con el Manchester City (2013-201/).
Se habla de conjura para este sábado frente al Celta de Vigo. No habrán de molestar los detalles colaterales, como que Sow no juegue ya el resto del año por lesión. O, por el lado feo, que la sanción a Del Nido padre que le prohíbe su entrada al estadio se posponga con vistas a este sábado de autos. Se despide de nosotros JNG. Cree uno que este Sevilla en tránsito, de ambiente malsano por lo ya sabido, tiene el deber moral de ganar este partido a través de los asalariados que operan en el césped. Y esta vez, en el fondo, hasta los tres puntos serán lo de menos. Estoy seguro de que el duende más corajudo y competitivo que haya habido no estará de acuerdo.