El año en que Iheanacho bajó los brazos
Miguel Ángel Chazarri 17/11/2024 |
La pregunta no es qué le ocurre a Iheanacho, algo que todo el mundo ve. La pregunta quizás sea en qué momento dejó de ser futbolista profesional, pues hablamos de un delantero con una carrera interesante en la Premier, de calidad, que se ha puesto la camiseta del Manchester City y que sin ser un gran goleador (22 tantos en las tres últimas temporadas), siempre ha ayudado a sus equipos.
Fuentes consultadas por Muchodeporte aseguran que la pasada temporada 'mató' al nigeriano. Se rindió. Iheanacho comenzó a entrenar poco y se quedó claramente atrás a medida que no era titular. No renovó. No fue convocado nada menos que en 18 partidos en un Leicester de Championship. Iheanacho bajó los brazos y aún no se ha recuperado de aquello. Sigue fundido. No es tan fácil desconectarse y conectarse en el deporte de alto nivel.
Al quedar libre y valorar ofertas, tampoco el verano le sirvió para trabajar con un grupo desde primera hora para volver a un nivel notable. Iheanacho aterrizó en Sevilla a finales de julio. Muy fuera de forma. Ya ha tenido tiempo para ponerse en forma, pero sin jugar prácticamente nada es complicado. García Pimienta, con razón, no lo pone. E Iheanacho necesita competir todos los fines de semana.
¿Y para qué lo fichan?
La cuestión es por qué lo ficharon si se encontraba en tales condiciones, algo fácil de saber hoy día. Ahí entra en juego el factor riesgo que se creyó necesario correr, la fe en que el jugador era recuperable y por supuesto la economía. Por algo Iheanacho estaba libre y no hubo que pagar nada por su fichaje.
Ahora mismo, el nigeriano es foco de las críticas. Hasta Nigeria se ha cansado de su aportación y seguramente lo deje de llamar. Quizás variando el sistema y jugando con dos delanteros... Pegado a Isaac Romero al estilo de lo que la pasada temporada funcionaba con En-Nesyri… Será complicado que García Pimienta modifique su dibujo. Como mucho, un delantero en la banda y otro de nueve, tal y como hizo en Butarque.
Los más optimistas aseguran que ya en Leganés Iheanacho estuvo algo mejor, que puede haber algo parecido a la vida con este futbolista. No hay más remedio que esperarlo, aunque cada vez con menos crédito. En cuanto al comportamiento de Iheanacho, nadie pone una sola pega. Está integrado y trabaja como el que más. Pero necesita jugar y jugar para recuperar las sensaciones. La cuestión es que en tal estado, ¿cómo?