Malos efluvios en Butarque
Javier González-Cotta 09/11/2024 |
Me comenta un amigo malicioso o directamente perverso que el nombre de Butarque le suena a campo de concentración del franquismo. Ciertamente, si uno lo piensa, pues el nombre tiene su siniestro retumbo. Nada que ver con el hilo celestial al que remite, el de la patrona de Leganés, Nuestra Señora de Butarque, cuya advocación bendijo el estadio de esta ciudad dormitorio y de tamaño XXL del sudoeste de Madrid.
Lo que son las cosas. Por una vez el sevillismo disfruta de un consenso fraterno. No hay nadie del pueblo de Nervión que no piense que el Sevilla huele a medianía y que su lugar este año, salvo caída libre, no es otro que el hábitat en la zona hábil para los mediocres: la media tabla. La derrota frente a la Real Sociedad ha vuelto a traer desazón y algo de tedio.
El otro punto de consenso en el sevillismo nos lleva a un dato científico y demoscópico acerca de la ignorancia del personal. ¿Sabría alguien decir sin dudarlo y a la primera quién es el entrenador del Leganés? La patria de los Ayuser’s y los Almeida’s sigue estando llena de Borjamaris (de Tres Cantos al repijismo del barrio de Salamanca). Pero hay otros Borjas alternos. De ahí Borja Jiménez, el entrenador del Leganés. Acabo de leer que el técnico ha dicho que “el Sevilla es uno de los grandes de España”. Dice también que no cree que sea un rival directo para eludir la negra poza del descenso. El amargor al sevillista modo lleva a dudar de lo primero con dolor y a disentir de lo segundo con el catastrofismo que suele estilarse en Nervión.
De hecho, la visita hoy a Butarque viene preñada como de un olorcillo a derrota frente al equipo donde las huertas de pepinos de antaño (de ahí, por cierto, el mote de equipo 'pepinero' y de ahí su fálica mascota). Si le van a caer uno o dos pepinos por popa al Sevilla, eso está aún por ver. Pero la previa no trae buenos efluvios para la comparecencia en el sudoeste de Madrid. García Pimienta ha advertido que se trata de un partido "muy, muy difícil" y que si su equipo no pone la intensidad que sí garantiza el Leganés, entonces no tendrá nada que hacer.
En otra era, el ex bético Juan Cruz podría ser para el Sevilla no más que el chico de los recados del Leganés. Pero ahora, sin Nyland, se ha convertido poco menos que en una pavorosa amenaza. Al parecer, el portero Álvaro Fernández ha estudiado concienzudamente sus tiros, lo cual, respecto a los miedos de hoy y de ayer, nos llevaría a los tiempos de Assunçao y al ripio aquel del ‘speaker’ Manolo Melado ("El portero está asustao / va a tirar Assunçao"). Dicen que Haller, el extraño fichaje estrella del Leganés, está opacado entre lesiones y cierta falta de conjunción en lo que no deja de ser un equipo de clase trabajadora. Más allá de Dimitrovic, Óscar y Munir, al aficionado del montón sólo le sonará del Leganés el serbio Brasanac y el peruano y ex celtiña Renato Tapia. Las caras del resto conforman un corajudo equipo de anónimos y de caras en blanco, el cual no deja ser ese mismo equipo ante el que tanto advierte García Pimienta. Ya saben, el parche antes que la herida.