Revuelta con cabecillas muy cuestionables

Paco Cepeda 12/09/2024

"Hace más ruido un solo hombre gritando que cien mil callando", lo dijo el general José de San Martín, es una de sus más célebres frases. A mí me gusta ampliarla a los que piensan, a los que callan pensando. Se está preparando una buena para el próximo partido del Sevilla. Resulta lógico. La gente, mucha, o eso parece, porque lo será, está mayoritariamente cansada del rumbo que está tomando el barco. No es que no gane, porque hace unos pocos meses, no 58 años, como en el pasado, el Sevilla se alzó con la séptima Europa League. La mala situación mantenida en Liga ha agotado mucho, sin duda, pero hay algo más de fondo al margen de esa crisis deportiva liguera que convierte el ambiente en poco respirable, favorable a una especie de revuelta.

En las rebeliones hace falta gente, mucha gente, y seguramente la habrá. Miles de sevillistas solo fieles a su credo que simplemente no se sienten cómodos con lo que ven, con la toma de decisiones errática de gente, eso sí, acosada desde antes del primer día. Que Pepe Castro haya logrado ganar con ese acoso es un milagro que no se ha podido mantener. La inmensa mayoría de los convocados a la masiva protesta del sábado son, seguro, gente sensata, dolida, que sencillamente quiere lo mejor para su club. Pero no todos tienen ese perfil.

Sin embargo hay supuestos cabecillas, tampoco todos, que denuncian los intereses de los periodistas que expresamos sin ningún genero de duda que lo que hay no es bueno, ni siquiera regular, pero que es mucho más decente que la solución Del Nido Benavente. Hablan sin tener ni idea de nada, por mucho que rebusquen en registros públicos contratos y nombramientos, sobre intereses económicos de no sé qué. Patrañas. Quedan muy monas en las redes, pero no valen de nada. Tengo que pensar que tanto interés, tanto liderazgo, sí puede obedecer a algún futurible prometido. Lo que es palpable, por el tono, es que quieren llevar el asunto a lo bélico, a que le toquen la carita a alguien, periodismo incluido. Son fascistas de pequeña o gran intensidad que por lo bajini, y por lo alto, dicen que los dirigentes tienen que sentir la presión, verse acosados, para que dejen lo que es suyo. Algunos de esos cabecillas, por cierto, han vendido sus acciones, las cuatro o cinco que tenían, para lo que les haya venido en gana, pero insultan a una familia como la Carrión que como dirigentes habrán tenido más o menos acierto, pero que han mostrado un compromiso brutal con la independencia del Sevilla. Algunas de estas familias que ahora no aciertan y a las que quieren literalmente linchar arriesgaron patrimonio para pelear por ejemplo contra el imperio Asensio. Luego se han puesto un sueldo inasumible, sí, luego no dan una a derechas, también, pero han ofrecido mucho más de los que gritan ahora blandiendo una bandera populista con todo el viento a favor.

Del Nido Benavente, como de forma brillante ha explicado mi querido Chazarri, es el principal cabecilla de esta revuelta. ¿Alguno de los que callan o mejor piensan en mitad del ruido de cuatro becerros le darían el control de la cartilla de ahorros de sus hijos al señor Benavente? ¿Sí? ¿De verdad? Yo no. Claro que no. Indiscutiblemente no. ¿Estoy vendido? Venga ya, vendedores de crecepelo con altavoz de pacotilla.

Ojalá no pase nada grave en el partido ante el Getafe. Ojalá. A los que gritan solo queda señalarlos, ridiculizarlos.. me dirijo a los de buena fe, a los que no les gustan las cosas que ven pero piensan en silencio: no hagan ninguna tontería, no es de personas cabales.