El plan de García Pimienta hace agua por el eje

Miguel Ángel Chazarri 24/07/2024

Mimbres o cambio de plan. No hay otra. El trabajo llevado a cabo por Francisco Javier García Pimienta, entrenador del Sevilla, no da señales de vida por el momento. Sabido es que el entrenador cree en una forma de jugar determinada. Adelantada, con presión arriba. Con la cautela que impone la pretemporada, tal idea se está estrellando contra una dura realidad, reflejada especialmente en el centro de la defensa. También en otras líneas.

Que un central maneje el campo abierto no es nada fácil. Dicha virtud pertenece a los elegidos, a centrales de muy buen nivel que valen una millonada. Desde luego, lo que tiene el Sevilla en dicho puesto no ofrece garantías. Una temporada más, Gudelj, un descarte en los tiempos de felicidad, muestra muchas carencias. Y Kike Salas no estuvo entonado en Faro por su lentitud para retroceder y ganar posiciones. También tiene dificultad para cuerpear con el delantero. Salas sí cuenta con una virtud, el gol. Más allá de eso, parece arriesgada su titularidad.

Jugar con metros a la espalda también implica contar con un centro del campo dinámico, que apriete y robe. En Portugal, solo Lokonga ofreció detalles. Sow y Saúl pasaron muy desapercibidos. Más de una vez se les vio corriendo detrás de los rivales, superados con dos simples toques.

Siguiendo con la columna vertebral, si encima Isaac Romero falla lo que falló... Al canterano se le vio desasistido y muy fallón, sin conectar nunca con los jugadores de banda. La columna vertebral es demasiado transparente: con un portero del filial, centrales blandos, un centro del campo por hacer y ya sin En-Nesyri… Queda tiempo y entrenamientos para solucionarlo.

García Pimienta es García Pimienta, no Simeone

Llegados a este punto, y reconociendo que se está en plena tarea de reconstrucción, también conviene reflexionar sobre el perfil del entrenador. García Pimienta ha llegado a la élite con esta forma de jugar, no con otra. El Sevilla sabía perfectamente lo que firmaba. Una vez contratado, lo más razonable es ponerle mimbres adecuados y no pedirle que cambie a un modo de jugar que seguramente considerará antinatural y en el que no creerá.

García Pimienta, de la noche a la mañana, no puede convertirse en Simeone. Ni siquiera en Quique Flores, que supo entender la pasada temporada que era necesario jugar con tres centrales, arroparse y vivir de En-Nesyri e Isaac Romero. Por el momento, lo que se ve es que jugar adelantado para no llegar a puerta casi nunca no sirve. Tampoco es que haya garantías siendo más conservador, por supuesto. El camino más directo, y la gran necesidad, es fichar a dos buenos centrales, aunque existe muy poco margen económico para ello.