Quique vaticina la marcha de Ramos para no "ser parte de un escenario catastrófico"

Paco Cepeda 29/05/2024

Quique Sánchez Flores se marcha en volandas. La situación con la grada y las decisiones de los dirigentes del Sevilla han convertido a un entrenador con una actuación mediocre en un santo mártir. Sánchez Flores, que además es largo y no tiene un escudo mediátido protector pequeño precisamente, con aparantes buenas palabras, sigue metiendo rejones cuando sabe que duele y que hay enemigo de poca talla para pelearlo. Esta madrugada ha vendido su producto en los micrófonos de los compañeros de la Cadena Cope, donde se ha vuelto a victimizar, ha debido sufrir mucho en el Sevilla, e incluso dejaba caer que llega tal apocalipsis que ni Sergio Ramos querrá quedarse.

"Él (Ramos) quiere mucho al Sevilla, creo que hay una parte de su cuerpo que le pide seguir, pero creo que no quiere ser parte de un escenario catastrófico. O él intuye que las cosas se harán muy bien, o si no... Él tiene que intuir que las cosas van a ir bien", aventuraba.

No cabía más que preguntarle si lo que espera del Sevilla del futuro es una caída mayor todavía: "Espero que no haya un descenso en el futuro, los clubes, cuando tienen una cornada como la de este año, al final es un aviso. Estoy convencido de que el destino de los dirigentes es muy distinto a lo que hemos vivido este año. Y quieren preparar otro ideario que no tiene nada que ver con éste. Ahora bien, están sujetos a unas condiciones: masa salarial... que les va a llevar a tomar decisiones difíciles".

Resulta ya del todo patético, si es que fuera verdad, ese supuesto exceso de responsabilidad que dice haber sentido en el Sevilla y que le hicieron dedidirse, hace tiempo, por no seguir en el Sevilla: "Me voy muy ligero, con el deber cumplido y con la sensación de que me he quitado mucho peso. En el momento en el que firmas por el Sevilla asumes una responsabilidad enorme. Siento sobre mis hombros un peso enorme, porque sé cómo es la historia del Sevilla. He vivido esta ciudad. Siento a muchas almas en el Sevilla. Mucha gente que me vio por la calle o en el hotel, y me abraza, o llora. Eso, aunque sean seis... es una responsabilidad muy grande en un terreno muy corto. Un terreno con poco espacio para la reacción, y en un terreno muy despersonalizado, porque tú vas a un plan de rescate, y un plan de rescate desnaturaliza a todos". Lo dicho, un señor que entrena tres días por semana, que ha cobrado un buen sueldo y que ni siquiera ha sufrido para asegurar la permanencia, y lo que relata es un sufrimiento que ni gente que de verdad, pero de la buena, tiene encima en una situación fea.

El hombre que va a recuperar su libertad tras tanto padecimiento relataba por último cómo vivió la marcha de un capitan como Ivan Rakitic: "Fui muy directo con Ivan. Cuando llego tengo dos conversaciones a pie de campo después de un entrenamiento, donde él me da su punto de vista del recorrido que ha tenido la temporada, cosa que le agradezco, porque me da su punto de vista. Cuando jugamos contra el Atlético un partido importantísimo de Copa del Rey, a partido único, él sale en el minuto 55 y acabamos 1-0. Al día siguiente, él entra en mi despacho, y con mucha educación y respeto me dice: 'Míster, veo que no cuentas conmigo y es mejor que lo sepa'. Y le dije: ¡No, sí que cuento, pero no veo a ningún jugador que esté en un momento de forma extraordinario, tú tampoco, y ahora mismo para mí cuentas dependiendo: a veces jugarás de inicio, a veces en el medio, a veces al final. Lo que sí te pido es que me ayudes como capitán. Que me ayudes porque es una situación en la que vamos a necesitar de la tutoría de la gente más sabia, o al menos la que tiene más experiencia. Bueno, se salió del despacho, meditaría, y al día siguiente, en mi despacho, me dijo que los jugadores tenían que reconocer cuándo no estamos ya para determinadas cosas, y creo que me debo ir. Pues respeto absoluto, es tu decisión. Y la gente tiene que saberlo".