'Terminada' la temporada, la primera gran decisión: el entrenador
Miguel Ángel Chazarri 01/05/2024 |
Desde ya, con la temporada terminada virtualmente, el Sevilla se pone manos a la obra para poner la casa en orden, para designar a un entrenador competente, para iniciar la mencionada regeneración de la plantilla, para no volver a mirar a la zona baja... Una tarea ingente que tiene como primera y más importante una pieza, la del entrenador.
En este momento, el Sevilla no sabe qué hacer con su banquillo. Quique Flores no convence a los que más mandan en el club, pero cogió el equipo con 13 puntos y ahora lo tiene con 38. Megasalvado. Su trabajo ha sido muy completo y merece una nota alta. Ahora mismo se duda, ya que de prescindir de Quique Flores se ficharía a... Aquí llega el gran problema. El recuerdo de Diego Alonso sobrevuela. La posibilidad de equivocarse en el técnico, como ocurrió con el uruguayo, bloquea. Todo apunta a que se tendrá acceso a un mercado de entrenadores no excesivamente contrastados.
Claro que el Sevilla no quiere caer en su clásico error. Es decir, el de dejar en el cargo a un técnico con el que no existe sintonía o no hay total confianza. La experiencia salió muy mal en el último año de Lopetegui. Igual de mal con Mendilibar. Una apuesta que nace sin convicción suele ser una mala apuesta, aunque evidentemente los resultados mandarían. Con Quique Flores y con cualquiera que llegara.
La realidad es que, con un tramo de partidos todavía por jugar y en el que conviene dar la mejor imagen posible, no está descartado Quique, con el que tocará hablar para pulir diferencias o para terminar la relación si no hay entendimiento. Los otros nombres (Bordalás, Maresca, Raúl, Arrasate...) no encuentran el consenso definitivo. Víctor Orta será muy importante en la decisión, aunque el dedo lo subirá o lo bajará el presidente, Del Nido Carrasco.
¿Qué piensa Quique Flores?
El madrileño se siente feliz en el Sevilla. Ha caído bien en el grupo, se ha ganado a los futbolistas... Pero ve que el proyecto viene peligroso. Quique no está en contra de la política de la juventud y las plusvalías (¿y qué club no desea generarlas?), pero al mismo tiempo desea contar con una base de jugadores fiables y experimentados, precisamente para que los jóvenes que lleguen puedan crecer. Nadie, o casi nadie, se revalorizará si el Sevilla sigue llamando al descenso. Quique le ha dado confianza a Kike Salas, Isaac Romero, le gusta Agoumé... Únicamente ha descartado a Hannibal, del que no le gusta su actitud, y tampoco ha dado sitio a Véliz ante el magnífico rendimiento de los dos delanteros, Isaac Romero y En-Nesyri.
En este sentido, es posible que se marchen los futbolistas que han mantenido el tono del equipo, y casi que del club: Sergio Ramos, En-Nesyri, Acuña, Ocampos... Los entrenadores siempre necesitan sus certezas, sabiendo que el límite salarial se debe quedar en unos 90-95 millones. Ahora se encuentra en 152,286. Quique no quiere coquetear con el descalabro y no ve claro que el club le vaya a dar buenos mimbres. Tampoco tendría especiales problemas en marcharse si lo que ve no le gusta.
El Sevilla irá con tiento. Con la descomposición que sufre y seguirá sufriendo la sociedad, equivocarse en el entrenador es equivocarse en el proyecto. Realmente, el deseo es cambiar de técnico. Pero esto es fútbol y el Sevilla de Quique ha sumado mucho. Quique ha demostrado que sabe formar un grupo competitivo. La pifia con Diego Alonso fue monumental y hay pánico al error. Período de reflexión con pocas opciones para Quique Flores.