Equivocarse en la esencia
Miguel Ángel Chazarri 04/04/2024 |
Un club de fútbol se puede equivocar en un fichaje. Y en diez. Duele, cabrea, por supuesto cuesta dinero y al final el jugador en cuestión termina colocándose. Esto pasa y pasará siempre. Evidentemente, tan peculiar negocio consiste en traerse a buenos futbolistas y no a Januzaj, Marcao, Nianzou, Rafa Mir, Delaney o Augustinsson. Pero el error forma parte de esta gran mentira llamada fútbol, antes cuando había tres gatos en las direcciones deportivas y ahora que nos venden que planificar es igual de difícil que llegar a Marte, con sus departamentos, 'big-datas' y otras monerías.
Para mí, el gran error es que los dirigentes no detecten qué necesita el club en cada momento. Que no vean la jugada. Equivocarse en la esencia. Que tengan delante un problema de colosales dimensiones, como todo un posible descenso a Segunda, y se escuchen valoraciones de futuro cuando menos extrañas. Pongo ejemplos: la situación no está para un experimento en el banquillo... Diego Alonso al canto. No es un mercado invernal para chavalitos... Vinieron tres. No parece que se haya tocado fondo... se trabaja en un proyecto con jóvenes y canteranos.
Yo lo veo precisamente al revés. Cuando la descomposición galopa y corta el viento, urge formar un equipo curtido, no confundir con avejentada. Los 'sevillas' campeones estuvieron en buena edad, entre otras cosas porque viejo no se puede jugar a este deporte, pero en todos ellos había mucha gente testada para grandes batallas. A este Sevilla muy enfermo conviene estabilizarlo con gente que no tiemble. Y en torno a ellos, por supuesto algún chaval de futuro con los que poder dar unos picotazos para el Excel. Con todo, el problema no es que el equipo tenga que ser joven, caro, barato, azul o amarillo. El problema es que los dirigentes ganan poco y han perdido la autoritas. Por eso todo cristo está con las carnes abiertas cuando escucha lo las plusvalías con unos jóvenes revalorizables.