0-1: En verdad ha resucitado (o puede que no)

Lucas Haurie 30/03/2024

En las confesiones orientales, como en la Iglesia Católica ucraniana, responde el fiel a la albricia pascual que anuncia la vuelta del Cristo a la vida: “Vaístenu vaskriés”. Sevilla, que a pesar de la lluvia ha celebrado hasta las lindes del paroxismo la pasión y muerte de Jesús, como cada año, ignora el sentido esencial de la Semana Santa, la resurrección. Barrocos como somos en alma y esencia, no solemos estar a lo que hay que estar. El equipo que lleva el nombre de la ciudad, sin embargo, regresó en esta gozosa víspera de entre los muertos en improbable milagro obrado por la fe de Sergio Ramos y las manos taumatúrgicas de Orjan Nyland.

El partido comenzó con un regalo del Getafe, múltiple en generosidad primero en el despeje pifiado de Ilaix y luego en la marca laxa de Alderete, que marcó al alimón con Sergio Ramos. El camero, en el día de su trigésimo octavo cumpleaños, seguía haciendo daño en el área rival como toda la vida. Quedaba todo el partido, pero qué gusto empezar así… hasta los defensores sevillistas se emperraron en devolverle el obsequio a sus anfitriones: Kike Salas con espalda anchísima que le costó la amarilla precoz y una falta peligrosa, Badé con dos intervenciones execrables que pusieron de gol a Yellu y Maksimovic, ambos batidos en duelo singular por Nyland, que se resbalaba poco después y él mismo se enmendaba con el paradón a Greenwood.

Celebraron los sevillistas salir vivos de esos minutos de enajenación mental con dos acciones idénticas a la del gol: estrategia con centro de Acuña y remate de Sergio Ramos. En la primera, David Soria metió una mano salvadora e Isaac estrelló el rebote contra el palo. En la segunda, marcó el capitán y anuló el tanto un banderazo del linier refrendado por el VAR. La receta para traerse algo del Coliseum estaba clara: para la segunda parte, era perentorio dejar de hacer el idiota en campo propio y aprovechar las idioteces del Getafe en el suyo.

Fue un poquito más cardiosaludable la segunda mitad, en la que el Getafe apenas si computó dos ocasiones, una ganada de espalda de Mata a Gudelj que resolvió Nyland aguantando en pie y un tiro de Luis Milla, insidioso por su bote sobre el húmedo césped, ante que el vikingo metió los antebrazos como un líbero de voleibol. Le debe muchos puntos el Sevilla a su portero, sin duda el fichaje más conseguido de los hechos por Víctor Orta, que se felicitará también por los buenos minutos de Agoumé, que dotó al centro del campo colorado del empuje que no tuvo durante muchas, demasiadas, fases del partido.

Quique Flores, con seis puntos sobre los puestos de la quema y dos semanas para preparar la visita a Las Palmas sin bajas (apenas Acuña, que estropeó su excelente encuentro con una, otra, tarjeta evitable y es la quinta), sale reforzado del campo del Getafe, ese terreno de minas donde esta temporada no ha ganado más que el Real Madrid… y dos veces su Sevilla, por más enfermito que pareciera en ambas previas, que lo estaba. Bonito no fue, claro que no, pero el hambriento se zampa con más gusto el proletario bocata de chorizo antes que un menú degustación en un tres estrellas Michelín.

Ficha técnica:

Getafe CF (0): David Soria; Juan Iglesias (José Ángel Carmona, minuto 71), Djené, Alderete, Gastón (Diego Rico, minuto 61); Ilaix (Mata, minuto 61), Luis Milla, Maksimovic, Greenwood; Óscar Rodríguez (Aleñá, minuto 71) y Yellu (Latasa, minuto 79).

Sevilla FC (1): Nyland; Ocampos (Juanlu, minuto 81), Badé (Agoumé, minuto 65), Sergio Ramos, Kike Salas, Acuña (Pedrosa, minuto 87); Gudelj, Soumaré, Óliver Torres (Sow, minuto 81); Isaac Romero (Lukebakio, minuto 87) y En-Nesyri.

Goles: 0-1, minuto 5: Sergio Ramos.

Árbitro: Iglesias Villanueva, gallego. Amarillas para Kike Salas, Soumaré, Óscar Rodríguez, Gudelj, Bordalás, Acuña, Mata, Diego Rico y Aleñá.