Un Sevilla de entreguerras pese al millonario préstamo

Miguel Ángel Chazarri 14/03/2024

"Ya tenemos para la mitad de Mbappé", circulaba tal mensaje con sorna una vez conocido que el Sevilla ha suscrito un préstamo de 108 millones de euros a pagar en diez años. Posiblemente no haga falta recordarlo, pero el crédito concedido, justo antes de la Junta de Accionistas del próximo lunes, matiz importante, afectará relativamente poco a la parcela que ahora comanda Víctor Orta.

No porque se disponga de la gran suma habrá gastos considerables a la hora de confeccionar la próxima plantilla. No, no vendrá Mbappé. La idea económica del Sevilla sigue pivotando sobre tres frentes peliagudos: reducción de costes, reestructuración de la deuda y subida de ingresos. De estos puntos, el primero y el tercero son de incierto cumplimiento. El segundo, amarrados los 108 millones de euros de financiación, sí. Precisamente la operación se lleva a cabo para tal fin.

La reducción de costes es de incierto cumplimiento porque, así como los ingresos se han desplomado bruscamente, con los gastos no ocurre igual. Los costes del club no se reducen tan rápido. Tal objetivo atañe directamente al coste de la primera plantilla, la gran partida en todos los clubes de fútbol. Se trata de abaratar el plantel, con la dificultad de que jugadores que ya no cuentan firmaron contratos de larguísima duración. Y por aquí siguen, caso de Januzaj (2026), Rafa Mir (2027) o Joan Jordán (2027). Otros como Lamela u Óliver Torres terminan. Ya se fueron Fernando y Rakitic. No es suficiente. Hay que reducir el gasto en plantilla unos 60 millones de euros, aproximadamente.

Por supuesto, las ventas de jugadores son obligadas para la mencionada obtención de ingresos. Este verano existe la obligación de traspasar, con Isaac Romero y En-Nesyri como grandes candidatos, más otros jugadores de peso que terminan en 2025 (Ocampos, Acuña, Suso...) y por los que podrían llegar propuestas. No sería de extrañar que antes del próximo 30 de junio quede cerrada alguna operación. La que se pueda. La que el mercado ofrezca.

Hablando en plata, el Sevilla necesita el dinero para soportar una estructura de gastos (primera plantilla, cuyo límite salarial es de 152 millones, más todo lo que no es primera plantilla -85 millones-) que agobia a la entidad. Ni siquiera jugar la Champions de forma continuada ha valido para afianzar la economía. Todo lo contrario. Jugando la Champions, se han sucedido los déficits (84 millones y fondos propios de 12,3 millones cuando hace tres años rozaban los 100). El Sevilla intentará detener la sangría con financiación externa. Colocará el nivel salarial de la plantilla en 95 millones de euros y rebajará el presupuesto de manera drástica ante la caída de ingresos. Más pérdidas vienen de camino (en torno a 30 millones). Entrar en patrimonio neto negativo supondría abrir la vía de la ampliación de capital, no deseada por los actuales gestores.

Otros megaproyectos, como el del nuevo Sánchez-Pizjuán, entran en zona nebulosa. Habría que ver cómo se financia una obra que no bajaría de los 350 millones de euros. Ojo, los préstamos hay que pagarlos. Posiblemente en la Junta de Accionistas del próximo lunes haya más claridad al respecto y se ofrezcan detalles sobre las condiciones de devolución a los inversores, representados por DLA Piper. Fuentes consultadas por Muchodeporte aseguran que el préstamo conlleva garantías que limitarán la independencia operativa del Sevilla, con los derechos televisivos como aval de cobro para el fondo. Como es fácil imaginar, las citadas condiciones son "excelentes" para los rectores de la entidad y afines, y leoninas para Del Nido Benavente y su incansable grupo.