O tempora, o goles: "¿Te crees Beckenbauer o qué?"

Javier González-Cotta
Javier González-Cotta
15/01/2024

Los de mi generación, nacidos a partir de 1970, no vimos jugar en su esplendor a Franz Beckenbauer. En los primeros ochenta, el Káiser jugaba ya en sus estertores en el Hamburgo alemán y en el hoy difunto Cosmos de Estados Unidos, especie de asilo de oro para estrellas en retirada. No asistimos, por tanto, a los años de máximo fulgor del Káiser en la selección alemana y en el Bayern Múnich. Por eso hacíamos nuestro el criterio de nuestros padres futboleros, donde no había duda de que el laureado alemán era digno de ser admirado sin rechistar. Todos decían que jugaba imbuido de autoridad, pero, a la vez, era como si patinara sobre el hielo y se deslizara cual bailarín del Bolshói de cuando la Guerra Fría. Todo lo contrario a lo que era atribuible a las germánicas maneras en el fútbol. 

Por eso, el aura imperial de Beckenbauer fluía en los partidos de barrio y de colegio que disputábamos de chavales a partir de pares y nones. Cuando alguno chupaba demasiado desde la defensa y perdía el balón al final o no la pasaba, más de uno le gritaba al chupón eso de "¿te crees Beckenbauer o qué?". No recuerdo que se mencionara a Cruyff, ni mucho menos a Pelé (Maradona aún estaba ahormando su leyenda). 

De añadido, en aquel tiempo, uno asociaba de inmediato el nombre de Beckenbauer a la República Federal de Alemania. Igual que uno sabía que su capital fría y administrativa era Bonn, porque el corresponsal del telediario en la capital federal alemana, el gran Manuel Piedrahíta, también nos transmitía cierto prurito de autoridad. Con los años ya hemos hecho nuestras algunas de las míticas estampas asociadas al Káiser. Entre ellas, obviamente, la del brazo en cabestrillo, cuando jugó la semifinal contra Italia en Mexico 70. O su foto con la preciosa camiseta de manga larga blanca con ribetes negros de la selección de la RFA. Cuesta saber ahora que ha muerto por lo que la vida trae de ignominia, erosionado por el Alzheimer. 

Beckenbauer no inventó la posición de líbero en el fútbol. Pero con él llegó a su esplendor. Muchos chavales quisieron copiar su planta, no porque lo hubieran visto jugar en directo, sino porque esa posición, tan galanuda y libérrima en el campo, se asociaba indefectiblemente a la figura ya histórica del Káiser. La heterodoxa posición de líbero fue desapareciendo a medida que el fútbol se abría a otros planteamientos tácticos y la fuerza física iba imponiendo su ley en cada metro cuadrado del campo. De entre los defensas leñeros de entonces, el líbero afloraba entre la defensa y el medio campo cual flor de loto. Iba por libre, estaba exento de marcar al rival, lo que le hacía moverse cual fluido de atrás hacia delante, contribuyendo a forjar labores de ataque. Uno describe esta posición táctica con palabras y, al alimón, la figura de Beckenbauer lo copa todo sin necesidad de decir nada. 

Se han tomado por líberos a los también alemanes Lothard Matthäus y Matthias Sammer, pero yo asocio mejor esta posición del tiempo ido a las figuras de Daniel Passarella, Gaetano Scirea o el Franco Baresi del gran Milan de Silvio Berlusconi y de casi todos los 'terroni' del sur de Italia de por entonces. No sé por qué recuerdo en especial en España la figura rockera, un tanto perdularia, de Ricardo Arias, el líbero del Valencia. Por supuesto, salvo delito por oprobiosa omisión, no podían faltar en el recuerdo los líberos de la pubertad y primera juventud, con el 'Mariscal' Antonio Álvarez y el bosnio forjado en el FK Sarajevo, Faruk 'Pepe' Hadzibegic. Pero ninguno de ellos ni ningún otro habrían sido lo que fueron de no haberse visto en el espejo oval del Káiser. Creo que un buen epitafio para recordarlo por siempre sería este "¿Te crees Beckenbauer o qué?".



¡Hola!

Nos alegra mucho que estés visitando nuestro sitio web. Queremos pedirte un pequeño favor: notamos que estás utilizando un bloqueador de anuncios (ADBlocker).

¿Por qué te lo pedimos?

La publicidad es una parte fundamental para mantener este sitio en funcionamiento. Gracias a ella, podemos seguir creando contenido de calidad y ofreciendo nuestros servicios de forma gratuita. Nuestro equipo trabaja arduamente para brindarte lo mejor, y los anuncios son una de nuestras principales fuentes de ingreso.

¿Cómo puedes ayudarnos?

Es muy sencillo. Te pedimos que consideres desactivar tu ADBlocker mientras navegas por nuestro sitio. Al hacerlo, nos ayudas a continuar ofreciendo el contenido que disfrutas y a sostener a las personas que están detrás de este proyecto.

¿Qué ganarás tú?

Desactivar el bloqueador de anuncios no solo nos beneficia a nosotros, sino que también mejora tu experiencia al apoyar el contenido que amas. Además, siempre nos esforzamos por mostrar publicidad relevante y no intrusiva.

Tu apoyo cuenta

Cada visita y cada anuncio visto es un paso más para mantener nuestra comunidad viva y en crecimiento. Te agradecemos de corazón por tu comprensión y apoyo.

¡Gracias por ser parte de nuestra familia!

muchodeporte.com


Instrucciones para desactivar el ADBlocker:

  1. Haz clic en el icono de tu bloqueador de anuncios en la barra de herramientas de tu navegador.
  2. Selecciona la opción para desactivar el bloqueador en este sitio.
  3. Recarga la página.

¡Y listo! Continúa disfrutando de nuestro contenido.