Con Fekir o sin él, con Isco, con Ceballos o Lo Celso o los dos, con Rodri -goleador en el torneo- quizá en Mallorca, con Bakambu o Vitor Roque en vez del primer goleador en el torneo, Chimy Ávila, con Rui Silva o con Adrián o quizá con Álvaro Valles, con Assane recuperado para la causa o con Carvalho al que siempre quieren pasaportar pero nunca se va… ¿a quién alineará el Betis dentro de nueve meses en Breslavia (Baja Silesia, Polonia) en la final de la Conference League contra el Chelsea? Porque, queridos amigos, caer eliminado frente a cualquier otro rival de la nómina de participantes sería peor que un fracaso, sería haber dejado correr una oportunidad histórica.

Para gozar el 28 de mayo en tierras polacas, eso sí, será necesario solventar un puñado de enojosos compromisos como esta ronda previa contra el Kryvbas ucraniano, incómoda la excursión veraniega hasta Eslovaquia y más incómodo todavía este trámite a tres días de visitar el Santiago Bernabéu. Pero la alta competición es así, como sabe Manuel Pellegrini mejor que cualquiera de nosotros, cronista y lectores. La pregunta es, ¿le apetece al técnico chileno priorizar la gloria europea sobre la rutina liguera? Y si no, ¿hay alguien capacitado en la dirigencia del club para convencerlo? No estamos aún en eso, sino en la feliz resolución del primer capítulo de la historia con una goleada que, con independencia de la enjundia del adversario, dibuja sonrisas.

Porque este torneo, que antes de entrar en su fase más interesante ocupará seis jueves durante el otoño, es una excelente oportunidad para acumular confianza y deparar buenas noticias como la que en este caluroso agosto le ha regalado a Abde, protagonista absoluto de tres minutos fabulosos con los que el Betis sofocó el conato de rebelión del Kyvbas. Con la cabeza, daba la sensación, en un tramo final de mercado que se antoja frenético, el Betis sesteó durante la primera media hora, consciente de que el resultado de la semana pasada era casi imposible de revertir por un rival que se plantó en el Benito Villamarín mandón y veleidades ofensivas. En el minuto 13, Drambayev controló un balón en la esquina izquierda del área bética y su centro fue rematado al palo en posición franca por el lateral diestro Bandeira, que le había tomado la espalda a Ricardo Rodríguez, y esa ocasión inauguró una fase de dominio visitante que llegó a enfadar a la grada.

Hasta ahí llegó la broma. Abdessamad Ezzalzouli, Ez Abde para el siglo, cogió al toro ucraniano por los cuernos y lo sometió con tres estocadas mortales. La primera, una asistencia a Ruibal -que se estrenó como goleador en su nuevo/viejo puesto de delantero- tras desbordar a su par por la banda izquierda; la segunda, un toque sutil con la izquierda por encima de la salida desesperada del portero después de recibir un magnífico pase al espacio de Rodri; la tercera, un derechazo sin ángulo que sancionaba una pifia del portero visitante. Después de una primera temporada decepcionante en Heliópolis y unos brillantes Juegos Olímpicos en París, ha llegado el momento de que el internacional marroquí justifique la apuesta que hizo por él el Betis hace un año.

Resulta tentador escribir que sobró la segunda parte, cuando el ritmo y la intensidad amainaron debido a los nueve cambios ordenados por ambos entrenadores, que se tomaron el asunto como si de un amistoso de pretemporada se tratase. Pero, lo cierto, es que no le sobró a dos de los suplentes lanzados por Pellegrini, Assane y Fornals, que quisieron reivindicarse -y lo hicieron en cierto modo pese a no encontrar el premio del gol- con algunas jugadas de ataque bastante meritorias. Los regates del extremeño y los disparos del castellonense animaron a una concurrencia que merecía el esfuerzo de los suyos, tras juntarse en número superior a los 40.000 en una noche tórrida para ver la conclusión de una eliminatoria resuelta. Siempre merece la pena, por hache o por be, tomarse las competiciones en serio. 

Real Betis (3): Rui Silva, Bellerín, Diego Llorente (Perreud, minuto 46), Natan, Ricardo Rodríguez; Altimira, Cardoso; Rodri (Juanmi, minuto 68), Iker Losada, Ez Abde (Fornals, minuto 59) y Aitor Ruibal (Assane, minuto 59).
Kryvbas FC (0): Klischuk, Romanchuk, Stetskov, Bizimana, Lunov (Sosah, minuto 59), Drambayev, Kuzyk (Poe, minuto 46), Vakulko (Dmytro, minuto 70), Bandeira (Ponedelnik, minuto 46), Dibando y Kozhusho (Mykytyshyn, minuto 59).
Goles: 1-0, minuto 39: Aitor Ruibal. 2-0, minuto 41: Abde. 3-0, minuto 42: Abde.
Árbitro: Igor Pajac, croata. Sin amonestaciones.