De profesión resucitador

Gerardo de Pablo 09/02/2025

El Betis, después de caer de manera estrepitosa en Balaídos (3-2), encadena una serie de partidos en los que conseguir los tres puntos va más allá de la competitividad que la plantilla demuestra. Con jugadores como Isco, Johnny Cardoso, Antony o Lo Celso, el equipo no puede permitirse perder ante el Celta con un resultado de 0-2 en el minuto 23. Y no es la primera vez que sucede ante equipos que luchan por el descenso.  

Aparte de lo vivido ante Vigo, con una remontada en 45 minutos, los de Pellegrini han visto cómo se escapaban los tres puntos ante equipos como Valencia, Valladolid o Alavés. Casualmente, estos tres conjuntos se encuentran en los puestos de descenso. Ante el Alavés, el Betis mostró una apatía durante todo el partido que coincidió con los pitidos de la afición hacia la plantilla y el palco. La expulsión de Perraud desequilibró el encuentro y permitió que los vitorianos se llevaran la victoria. El Alavés no conseguía los tres puntos desde el 1 de noviembre y logró el triunfo frente al Betis el pasado 18 de enero.  

En el encuentro frente al Valladolid, el Betis llegaba en una buena dinámica, con cinco victorias (dos en la Conference League, dos en la Copa del Rey y una en LaLiga), además de un valioso empate ante el Barcelona. No perdía desde el 1 de diciembre y el partido en el José Zorrilla se disputó el 11 de enero. Una derrota que dejó en duda las aspiraciones del club frente a un equipo que luchaba, y sigue luchando, por la permanencia. De los últimos siete partidos que ha disputado el Valladolid, ha perdido seis y ha ganado solo uno: contra el Betis.  

Por último, el partido ante el Valencia supuso un batacazo por la situación que atravesaba el club ché. Los de Mestalla venían de un parón de casi un mes por el desastre de la DANA y no ganaban un partido desde el 21 de septiembre, consiguiendo los tres puntos frente al Betis dos meses después.  

Con todo esto, los de Pellegrini han demostrado una falta de competitividad en partidos que los alejan de los puestos europeos. Se pueden perder partidos, por supuesto, pero este problema va más allá del nivel de calidad. Todavía hay tiempo para engancharse a Europa, pero la competitividad es algo que no se debe negociar.