Segundos platos
Antonio Félix 08/01/2025 |
En estos momentos de franca emoción, con el Betis al completo, de pie en todos los frentes, impulsado al ritmo fabuloso de Isco y Lo Celso, parece improcedente dedicarle un instante a Assane Diao. Pero hay que hacerlo.
El Betis ha vuelto a hacer caja con un segundo espada, como en verano realizó ya con Rodri y, en cierta medida, con Ayoze, todo un campeón de Europa que, en Heliópolis, se dedicaba a hacer el trabajo sucio sobre el que germinaban, sin término, los MVP de Isco (¿soportará el ego de Lo Celso reducirse a ese trascendental y turbio papel?). La venta de Assane ha sido generalmente celebrada, con esa severidad que en casa se suele dedicar a los canteranos. Lacito y adiós a un buen suplente en un fútbol cada vez más determinado por los buenos suplentes.
Assane no ha alcanzado, ni de lejos, la dimensión que presumía su rutilante debut, pero siempre se ha mostrado como un complemento de garantías, alguien que, como Rodri, amenazaba con su energía a los agotados rivales. No es el pueblo particularmente indulgente con los idos, y probablemente no comparta el elogio excesivo a gente como Assane. Pero pronto comenzará el trasiego, llegarán los tutes y entrarán Juanmi, Losada y Bakambú. Y entonces se entenderá todo.
Lo curioso es que Assane no se vende para fortalecer el equipo, para incorporar a otro chico más del gusto del emperador Pellegrini. El dinero va para otras cosas, entiendo que, mayormente, para el jardín vertical. Se aprovecha que el Betis vive un invierno dulce, sin una necesidad imperiosa que, créanme, surgirá en cuanto el frenesí de la temporada vuelva a pasar sus facturas. Será entonces cuando echemos cuentas, y pensemos en qué hubiera sido de contar con Assane, con Rodri, con Ayoze, en fatuas fantasías, en lamentos sin arreglo.