Dinero en el campo
Antonio Félix 28/11/2024 |
A estas alturas, el diagnóstico que muchos presumíamos en el Betis parece ya claro: el equipo se ha quedado corto. Tal vez incluso muy corto. Se puede aducir el problema con las lesiones, claro, pero eso es hacerse trampas al solitario. Cualquier gestor competente debería prever la catarata de bajas que provocaría una temporada tan absurdamente cargada de partidos, algo que, por descontado, no afecta sólo al Betis, sino a todos. El caso es que, ni llegados a diciembre, el equipo de Pellegrini se ha visto tan mermado como para presentar alineaciones como la de Valencia, con la que apenas se podía competir, o escatimar esfuerzos como en la Conference, que han provocado enfurecimientos pasajeros de la bíblicamente mansa afición del Betis, su gran tesoro y su gran cruz.
A esa afición se le dijo que el dinerito esta temporada iba a estar en el campo. Y en el campo, evidentemente, no está. O, al menos, no está lo que debería estar. Bien podría suceder, sin embargo, que todos nos hubiéramos enterado mal, y que el dinero, que este año parecía fluir sin las apreturas del pasado, sí que fuera a ir destinado al campo, pero al que se va a construir una vez concluya la presente campaña, obrón que motivará el tortuoso exilio a La Cartuja durante dos años (cuando menos).
Y aquí uno ya no entiende nada. ¿Dos años? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Tan mal estaba el estadio de don Manuel? ¿Y tan magna es la obra que se va a ejecutar para el estadio H&C? ¿Dos años para poner cuatro restaurantes y un jardín vertical? ¿En serio? ¿Y quién ha votado eso?... llegando a la madre del cordero, claro, pues ni para eso, ni para nada, hace falta ya votar, después de que la famosa ampliación de capital, aquélla que iba a robustecer la plantilla en el Betis de los béticos, nos dejara un Betis donde, en adelante, todo lo decidirán dos béticos. Sin más.
Será en la próxima Junta, cuatro meses pasados ya desde que se produjo la engañifa, cuando sus divinas majestades probablemente tengan a bien anunciar a toda la masa verde y blanca su omnipotencia. El advenimiento de los nuevos tiempos en los que a ustedes, béticos del universo, ya no se les permitirá decidir, aunque sí participar. Estos días, de hecho, en un avance de por dónde irán los tiros, el club está mandando cartas a sus aficionados para "hacerles partícipes de la transformación" del Villamarín. Les preguntan qué les motivaría a pasar más tiempo en el estadio tras un partido, si tomar en el 'Club Terraza', retozar en el 'Sky Lounge' o juguetear en el 'Club del Túnel', actividades que emocionarán a cualquier bético de bien y por las que se disculpará, e incluso agradecerá, el exiguo periodo de dos años alejado del que será su incomparable hogar. Quién puede pedir más.