Fuerte encontronazo entre Guardado y Pellegrini antes de desatarse la crisis

Paco Cepeda 09/01/2024

La cosa en el Real Betis está más fea de lo hasta ahora conocido, porque ha llegado, o ha partido, del vestuario. Las derrotas traen cosas feas y el club verdiblanco no es una excepción. Sorprende y mucho que la tensión haya saltado entre dos hombres tan experimentados como Manuel Pellegrini y Andrés Guardado. En el caso del jugador, además, con cierta dosis de desagradecimiento, porque el chileno le ha dado un sitio indiscutible que le ha alargado la carrera en Europa de forma evidente. Ha sido su valedor número uno cuando la renovación ya no estaba tan clara.

La cuestión viene de lejos. Comenzó en verano por una auténtica tontería. A Guardado le sentó a cuerno quemado que Pellegrini, en el derbi en México, con toda la familia del jugador presente en la grada, lo quitara en el descanso. El jugador se lo recriminó abiertamente al entrenador. Fue desagradable, pero no presagiaba una ruptura. De hecho, Guardado ha jugado esta temporada igual que siempre.

Pero lo último sí ha sido más grave. Pellegrini cambió a Guardado en el descanso ante el Girona, y el jugador se marchó antes del final del partido. Pellegrini se lo recriminó en un entrenamiento posterior y ahí se formó el lío. El jugador, lejos de apocarse y recular, estuvo una media hora recriminándole a Pellegrini muchas cosas, entre otras las salidas de Juanmi y Canales por razones no deportivas, en un golpe de autoridad que no le gustó, entre otros, a Guardado.

La bronca fue pública y a partir de ese momento, pese a la lesión de Guido, el Ingeniero no le dio ni un minuto a Guardado en los desastrosos partido de Vigo y Vitoria, en Liga y Copa, con dos derrotas que han desatado una crisis de resultados que parece ir más allá. Dicho lo cual, Pellegrini es más que capaz de poner a Guardado ante el Granada, entre otras cosas porque Altimira anda muy justo. Sería además dar sensación de normalidad tras esta información.

Un encontronazo de ese nivel deja secuelas en un grupo, dada la importancia de los personajes enfrentados. Parte del vestuario le ha comprado el discurso al mexicano. Algunos jugadores observan una actitud extraña de Pellegrini, que siemrpe ha sido un entrenador de fuerte personalidad, pero muy bien tolerada por el grupo porque normalmente sus decisiones han sido indiscutibles. Ahora no todo el mundo lo ve así. Hay lío. El gallinero anda revuelto después de unos últimos años muy placenteros.