Kristaps Porzingis: De San Pablo a un paso de la gloria en la NBA con los Boston Celtics

José Antonio Jiménez 08/06/2024

Algún que otro fin de semana el céntrico pabellón de Mendigorría (muy cercano a La Alameda, barrio sevillano de clase media) registraba una presencia de espectadores superior a la habitual. Y no por llenarse de padres para ver jugar a sus hijos. Y es que se había corrido la voz de que en la cantera de Cajasol despuntaba un chico muy alto y muy delgado, llamado a ganarse la vida en la NBA a poco que la suerte le acompañara. Un letón que había recomendado a varios clubs ACB un representante de la vieja escuela y por el que únicamente habían apostado los responsables de cantera del cuadro hispalense. Hablamos de Kristaps Porzingis, clave con sus 20 puntos en el triunfo de los Celtics en el primer partido de la final de la NBA ante Dallas (equipo en el que militara y compartiera vestuario con Luka Doncic). Llama la atención que algunos desde tierras catalanas quieran señalarse como figuras claves en su crecimiento, cuando la realidad dicta todo lo contrario...

Y es que al igual que se recuerda que Diego Armando Maradona maravilló a los ojeadores de Argentinos Juniors para formar parte de Los Cebollitas con apenas nueve años (viviendo en Villafiorito y acompañado en la 'práctica' por Goyo Carrizo), Arturo Montequi y Juan Llaneza quedaron maravillados de un chico que probó con su hermano Janis en 2010, todavía en edad escolar. Ambos tenían claro que no se les podía escapar… aunque con la obligación de pulirlo y de solventar sus problemas con el hierro y el ácido fólico (una anemia que podía condicionar su prometedora carrera).

Poco a poco, a la vez que demostraba su valía, fue creciendo y engordando. No mucho, pero con los kilos necesarios para ir subiendo escalones en una cantera a la que las circunstancias obligaron a ser pieza relevante del primer equipo. Por eso, de la mano de Aíto García Reneses, Porzingis, Balvin, Sastre, Satoransky y Radicevic (con la ayuda de los Landry, Bamforth, Willy Hernangómez…) fueron tan relevantes en el juego de un plantel que rozó las semifinales ligueras en la temporada 13/14 (cayo en cuartos ante Valencia Basket).

Era un secreto a voces que Sevilla y la ACB se le quedaba pequeña a Porzingis. Por eso, previo pago de su cláusula de rescisión, daba el salto a la NBA para demostrar que tenía cuerpo, tiro y talento para codearse con los mejores jugadores del mundo. En apenas cinco años, había pasado de jugar en pistas no excesivamente acondicionadas a machacar el aro de los pabellones de franquicias tan conocidas por estos lares (primero Dallas y luego New York, Washington y Boston). Un adiós obligado, al que no faltó su ración de visita a los juzgados por no compartir las partes antes de alcanzar un acuerdo la cantidad a pagar para oficializar la rescisión del contrato que les unía.

Este próximo lunes, con el 1-0 en el bolsillo, los Celtics buscarán hacerse con un segundo triunfo que les acerque al anillo. Un logro para reeditar el logrado por Boston en 1984 tras superar en la final a los Lakers (4-3 fue el resultado de dicha final). Un equipo que contaba con dos aleros tan diferentes, pero tan capacitados para ejercer su rol sobre la pista (Larry Bird y el singular ML Carr, autor de la canasta del triunfo de los Celtics en el cuarto partido de la serie). Un choque que no albergará el mítico Boston Garden (lo hará el TD Garden, su ultramoderno recambio).

Caprichos del destino, 40 años más tarde la NBA ha querido que la suerte de los Boston Celtics en la final esté de nuevo en manos de un alero rubio como en 1984. El actual, letón de nacimiento (en 1995)… y sevillano de adopción (siempre que ha podido ha hablado de Sevilla USA, incluso ha vestido la camiseta del Betis... equipo al que se acercó gracias a las reconendaciones de los béticos que tuvo a su ldo cuando era un cajista más). Porzingis, un alumno aventajado de la cantera del eterno Caja San Fernando por el que únicamente apostaron de verdad a orillas del Guadalquivir (acompañado durente varios años por tierras americanas por Manuel Valdivieso, otro producto de la cantera cajista convertido con el paso de los años en un fisio y recuperador de referencia en Estados Unidos y clave con su sapiencia para que este letón de 2.16 no haya perdido potencial pese a las lesiones).