Manicomio CF

Esplendor en la Hierba

Del 31 de agosto al 1 de septiembre, el fútbol ha asistido a su gran jornada como manicomio de puertas abiertas. No ha habido stock suficiente de camisas de fuerza para tan alta demostración de locura colectiva.

Decía Borges que en un día del hombre están todos los días del tiempo. Al 'homo balompedicus' le ha pasado algo parecido. En solo un día le han caído encima todos los días juntos, en plan centrifugado. Por un lado, el delirante cierre de mercado, casi como no se ha visto nunca. Por otro, el concurso de fútbol –y geopolítica– con los grupos para la Champions, la Europa League y la Conference. Y, como perejil, el nuevo aliño al caso del zafio Luis Rubiales, el ‘ecce homo’ de Motril (se abren ahora disensos donde había consenso por culpa del exhibicionismo de las hordas ‘postwoke’). Por la mañana asistíamos al auto de fe por parte Luis de la Fuente, el seleccionador del fútbol machuno, señalado por sus aplausos a Rubiales el día grandioso en el que mediático zafio anunció delirantemente que no iba a dimitir por su ósculo a Jenni Hermoso. Más tarde, anegados por la sopa de siglas, se supo que el TAD considera grave y no muy grave la actuación de Rubiales, lo que deja al CSD y al Gobierno sin posibilidad de inhabilitar a la carrera al aún cuasi presidente de la RFEF.

En cuanto a los fichajes al filo dramático de la hora, la verdad es que se han vivido instantes de bochorno. Debo a Movistar + momentos de gustosa ociosidad en el sofá. Pero confieso que ver en directo por uno de sus canales el minuto a minuto del cierre del mercado de fichajes me causó perplejidad y no poco embarazo (¿qué hacía ahí el gran Axel Torres?). La información en tiempo real demostró otra vez que la metástasis gana tejido celular en el ya gangrenado periodismo (se gana en pleitesía al 'show-news' lo que se pierde de escrutinio y ponderación con respeto a las formas).

En la parte 'sevillaní' que nos toca, desde esta web y otros foros amigos ya se están desmenuzando al detalle los fichajes que han llegado a Heliópolis y a Nervión. Toca hacer balance del buen quehacer o de la impericia de los directores deportivos. Abde parece traer alegría a los suyos (el más alegre, sin duda, es el presidente de la entidad, quien al parecer ha tenido que avalar personalmente el fichaje). A la acera opuesta llegan el futuro pulmón Soumaré y el inédito Mariano, que aterriza, por este orden, como delantero, como supuesta noticia bomba y como agente libre (tecnicismo que se traduce como hombre en paro). En Heliópolis han bromeado diciendo que les sobraron al final cinco minutos para fichar e inscribir a Abde a tiempo. Y en Nervión advertían que no había límite horario para Mariano por su condición de hombre en paro (entonces, ¿por qué se esperó al límite?). Aparte, aflora de nuevo el nombre de Sergio Ramos, estrella mediática del paro.

Pero ha habido mucho más en el Manicomio CF. Mientras se producía la metralla noticiosa en torno a verdades y bulos sobre fichajes, servidor empleó sus horas al estudio. Quiero decir al estudio histórico y geográfico sobre los equipos más peregrinos que disputarán la Europa League y mi competición favorita como analista internacional de salón: la Conference. En la Champions (cálculo aparte de mis queridos clásicos Galatasaray, Shakthar Donetsk y Estrella Roja y de los equipos que han tocado en Nervión), apenas si hay equipos que me hayan llamado la atención por su exotismo (si acaso el Royal Amberes, cuyo nombre remite a repostería de alto valor calórico).

Cosa distinta es la Europa League, donde el interés se halla al principio en conocer el parte de exóticos que la disputan, más allá de los nombres más rimbombantes. A Heliópolis llegará uno de estos exóticos más atrevidos, el Aris Limassol, club del sur de Chipre. Será un partido aquí y allá dominado por un único crisol: el verde. El Aris viste de verde y verde es la insólita línea étnica y divisoria, única en la UE, que divide a dos vecinos malavenidos en la isla: grecochipriotas y turcochipriotas.

Entre otros periféricos, la Europa League la disputarán mis otros clásicos: los sulfurosos pero mediocres griegos del Olympiakos, AEK y Panathinaikos; el casi ya reconocido Sheriff Tiraspol de Moldavia (en la región separatista de Transnistria); el heroico Qarabag azerbaiyano (la historia del club va unida a las guerras de Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán); el animoso Maccabi Haifa judío; el BK Häcken sueco de Gotemburgo (entran ganas de leer la saga negra de Henning Mankell); el Servette ginebrino de Suiza (me hace pensar en la dictadura puritana de Jean Calvino contra Castellio) y, por último, el inglés Brighton (este último no tanto como perla exótica como por ser uno de los equipos que mejor juega al fútbol en Europa). Con todo, mi favorito este año será el Backa Topola, equipo serbio y maravillosamente desconocido, sito en la región autónoma de la Voivodina.

 

Respecto a la Conference, por su tesón en la épica del fracaso, vuelven a disputarla mis amados Fenerbahçe, PAOK de Salónica, Dinamo de Zagreb y Besiktas. Pero casi he roto aguas de felicidad balcánica al conocer que el torneo lo disputarán también el Ballkani de Kosovo, el esloveno Olimpija Liubliana, el FK Cukaricki de Belgrado (hogar primero que fue del histórico Alexander Kolarov y heroico club entre los grandes Estrella Roja y Partizán) y, como último apunte, el bosnio HSK Zrinjski de Mostar (rival acérrimo del FK Velez Mostar musulmán, ya que el Zrinjski es el club de los croatas en la dividida ciudad de Herzegovina: aquí jugó en su día Modric y su estadio sirvió de campo de concentración en la guerra).

El Nordsjaellan danés, el kazajo Astana, el Breidablik islandés, el Maccabi Tel Aviv y el KI Klaskvic de Islas Feroe (archipiélago autónomo de Dinamarca), son otros de los equipos que dan alegría y vistosidad por la parte del cuadro de los peregrinos. Pero este año, mi devoción en la Conference la he depositado con especial cariño en el FC Zoryá Lugansk. Se trata del otro equipo ucraniano, junto con el Shakhtar Donetsk, que es oriundo de la región del Dombás, donde empezó todo.

Así que ya ven. Ando exhausto entre el pasodoble Rubiales, la tensión por los fichajes y el cólico de historia y geografía en torno al fútbol europeo. Tanto es así que he olvidado por completo de que ya ha comenzado otra jornada de Liga. Me consuela saber que a muchos, desde el llamado 'hombre de fútbol' al aficionado corriente y moliente, también se les ha olvidado este detalle menor. Cosas del Manicomio CF.