

Una barra del escudo
![]() Bernardo Ruiz 13/12/2023 |
Del fango del fútbol base aún emergen personas entrañables. Hombres de carisma y amor infinito. Auténticos ejemplos de entrega abnegada por un escudo que es religión y evangelio en su rutina diaria. Con el alma presa por las vivencias y el corazón nostálgico por los recuerdos. Con grietas en las manos y telarañas en los bolsillos por mor de una fidelidad sin condiciones y a prueba de castigos ajenos.
En Mairena del Aljarafe, testigo del crecimiento urbanístico del área metropolitana de Sevilla, se alza el Municipal Antonio Rojas, el templo del Atlético Libertad. El club, emblema de la barriada de Lepanto, reúne actualmente a 10 conjuntos en sus filas gracias a una incansable labor de la familia Rojas. El propio Antonio Rojas fue presidente hasta su fallecimiento en 2014, año en el que su hijo Francisco asumió el control de la junta directiva.
Abel González, actual responsable del gobierno, y su grupo de colaboradores han condecorado como presidente de honor a Francisco Rojas Romero, Kiki, un auténtico emblema del Libertad y exmáximo dirigente entre 2014 y el pasado mes de febrero, momento en el que se retiró de forma definitiva. A sus 58 años, Kiki fue homenajeado recientemente con un emotivo reconocimiento a su carrera.
Kiki es una barra más del escudo del club en el que aterrizó a finales de los años 80, momento en el que los chiquillos de la popular barriada de Lepanto de Mairena del Aljarafe se alistaban en un conjunto que por entonces ejercía de gancho sentimental. Entrenador durante 23 temporadas en su equipo del alma, el carismático dirigente asumió los cargos de vicepresidente, tesorero, vocal, secretario, entrenador, director deportivo y presidente.
Pero antes de ser el referente del club creció a la sombra de su padre, el eterno e irrepetible Rojas. Junto a él y bajo su atenta mirada aprendió a ser utillero y lavandero y hasta colaboró en la labor de pintar las rayas de cal cuando el albero integraba el paisaje del fútbol provincial. Hasta hoy, cuando sonríe al recibir el cariño de los canteranos del Atlético Libertad. Sus niños. Los de Lepanto.