Siete veces siete, el número de la armonía y la perfección
Alberto Romera Osuna 01/06/2023 |
Dicen que el siete es un número mágico, una cifra que encierra misticismo y que a lo largo de la historia ha tenido un peso importante. Tanto es así que el afamado poeta Dante Alighieri lo usaba con frecuencia en sus obras, incluso el filósofo y matemático griego Pitágoras definía al siete como el número perfecto. Los judíos declararon que a Dios le tomó seis días hacer el mundo y el séptimo, descansó. Siete son los colores del arcoíris. Siete son las notas musicales. Siete son los pecados capitales. Y siete son los trofeos de la UEFA Europa League que el Sevilla FC ha levantado hasta la fecha.
Ha llovido mucho desde el 10 de mayo de 2006 en el Phillips Stadion de Eindhoven. Aquella noche el sevillismo experimentó por primera vez la bendita sensación de tocar plata europea. Las comparaciones siempre son odiosas y no tendría sentido valorarla más que las que vinieron después, pero todas y cada una de las gestas que ha protagonizado el Sevilla en su competición fetiche han tenido algún momento épico en el que, de forma inesperada e inexplicable, un héroe marcaba las diferencias. Antonio Puerta y su gol ante el Schalke 04, Andrés Palop logrando un tanto de cabeza contra el Shakhtar Donetsk, Stéphane M'Bia con aquel testarazo en Mestalla, el pase antológico de Reyes a Bacca en Varsovia, el doblete de Coke Andújar en Basilea y la exhibición de Bono en Colonia ante el Manchester United. Ni siquiera El Profesor de 'La casa de papel' podría haber planeado todo aquello.
Lo cierto es que la consecución de la séptima Europa League sevillista tiene muchos héroes porque 'la mejor banda', como proclama el cántico, está programada como un reloj suizo en el que cada pieza del engranaje resulta imprescindible para su funcionamiento. Todos creyeron que el mecanismo del que les hablo estaba estropeado. Por suerte, José Luis Mendilibar, que de suizo tiene poco, llegó a Nervión el 21 de marzo y dando un golpe brusco al reloj logró que el minutero y el segundero volvieran a funcionar. Muchos tachan de básico al entrenador de Zaldívar pues, según dicen, propone cosas muy simples. ¿Acaso lo difícil del fútbol no es transformar lo complejo en sencillo? Y es que ese metafórico golpe de Mendilibar al reloj era la opción más intuitiva, que no por ello la más obvia, porque sus predecesores no habían caído en ella. Había que dar un cambio radical a lo definido, romper el guión y ganarse a un grupo de futbolistas con calidad, pero con unos niveles ínfimos de confianza.
En esta ocasión, pese a las actuaciones estelares de algunos futbolistas, el héroe de la séptima no puede ser otro que José Luis Mendilibar. Un protagonista diferente, campechano y que lleva por bandera la naturalidad. No lo busquen entre los focos, lo encontrarán paseando pensativo sobre el césped de cualquier campo de fútbol o harto de caracoles en el Parque Alcosa.