Chamba: El profeta del Ultraman
Lucas Haurie 17/12/2024 |
Nada para sentirse libre, pedalea para ser veloz y corre para que nadie le alcance. Es la tarjeta de presentación de Juan Bautista, un onubense con nombre de profeta, que se convirtió a las exigentes pruebas de ultraman, cuando su vida deportiva estaba escrita por un balón. Despuntó de niño en el Betis, donde trabajó también unos años como preparador físico de los escalafones inferiores, hasta que su pasión por devorar kilómetros le regaló la posibilidad de conocer paisajes imposibles para subir a lo más alto del podio. En Hawai se acaba de proclamar campeón del mundo. En la isla norteamericana ha cumplido el sueño de vida, ése que le atrapó desde que un día simples carreras de maratón no le saciaban, con todo lo que conllevan. En la isla del pacífico nadó en mar abierto 10 kilómetros en la Bahía de Keauhou, recorrió 424 kilómetros en bicicleta y completó 84 kilómetros en la doble maratón entre Hawai y Kailua Kona. Algo más de 25 horas en total para finalizar quinto y coronarse en la clasificación general como campeón del mundo de ultraman. Casi nada.
Las durísimas condiciones ambientales y meteorológicas no le tumbaron. Juan Bautista soportó fuertes corrientes en el océano, rachas de vientos imposibles en la bici y un calor asfixiante durante la carrera. “La fuerza mental ha sido fundamental en una de las pruebas más duras de mi vida”, afirmó este profesor de Educación Física, natural de Valverde del Camino y afincado en Castilleja de la Cuesta. Conocido como Chamba, fue el primer español en lograr pódium en todas las pruebas del calendario del campeonato del mundo. En Hawai, la particular Meca de la especialidad, brilló más que nunca el deportista andaluz, insaciable en horas y horas de entrenamiento, bajo una nutrición estricta y con las numerosas privaciones que eso supone.
Todos los reconocimientos que se le acumulen serán pocos para Juan Bautista, que se dedica a la competición por el más puro amor al deporte. Hace casi una década ya participaba en la Fuga de Alcatraz de San Francisco, donde se rememora la escapada de los más peligrosos delincuentes del famoso presidio, rodeado de tiburones. Juan Bautista ha cruzado su gran meta, pero le queda cuerda para rato.