Origen y desarrollo de las apuestas deportivas: de carreras de caballos a internet
Redacción 31/05/2024 |
Las apuestas deportivas hoy día están muy extendidas entre la sociedad adulta como opción lúdica, no obstante, no es un invento en absoluto nuevo. Aunque ahora, con la opción digital y las plataformas dedicadas a ofrecer este servicio en internet, haya alcanzado un nivel de expansión nunca antes visto, las apuestas siempre han sido una práctica fuertemente arraigada en la cultura y tradición humana.
Esta fórmula de entretenimiento durante mucho tiempo asociada a las apuestas de caballos tiene un pasado mucho más lejano, según prestigiosos historiadores podría remontarse a los principios de la civilización.
Orígenes de las apuestas deportivas
Habría que remontarse a la antigua Grecia y a la Roma Imperial, es decir, cuando se dan los primeros acontecimientos deportivos organizados al momento en el que aparecen las primeras casas de apuestas. Su actividad revoluciona rápidamente una actividad creada en un principio como un intercambio casual en una práctica totalmente regulada.
En estas civilizaciones las apuestas en eventos deportivos eran muy comunes especialmente en los inicios de los Juegos Olímpicos griegos y en las carreras de caballos y lucha de gladiadores romana. La experiencia del pueblo que asistía a estos eventos se dividía a partes iguales entre la contemplación del evento y la emoción de la apuesta.
También hay pruebas de esta fórmula de entretenimiento en la antigua China, las apuestas en este imperio se dirigían especialmente a las peleas de animales y a los juegos de azar. Tal vez no se considere apuesta deportiva desde el prisma actual y occidental, pero las similitudes estaban presentes, sobre todo cuando competían animales.
Edad media hasta nuestros tiempos
Las apuestas que podrían denominarse deportivas en la dilatada edad media se refieren o se vinculan a los torneos entre caballeros y a las justas, espacios donde la clase alta, la nobleza y la realeza apostaban considerables sumas de dinero para ver qué caballero se mantenía sobre su caballo o sobrevivía a una estocada.
Posteriormente, con la llegada del renacimiento, la brutalidad de estos torneos fue desapareciendo en post de otras actividades menos violentas y más refinadas, como las carreras de caballos. Fueron en las apuestas en esta actividad deportiva en las que la nobleza europea arriesgaba su capital en señal de opulencia. La popularidad de estos eventos se extendió y mantuvo hasta la actualidad.
Por este motivo, las carreras de caballos siempre han sido el espacio tradicional y por excelencia para las apuestas deportivas, fue en este entorno donde se establecieron y formalizaron las primeras normativas, reglas y sistemas que regulan a día de hoy este entorno.
La edad moderna y contemporánea
Como consecuencia del rendimiento económico que las casas de apuestas obtenían con estas carreras, rápidamente se ampliaron las opciones hacia otros deportes. A principios del siglo XIX, se fueron incluyendo deportes como el boxeo (en países latinos y americanos), el béisbol (en Estados Unidos) y el cricket (en el Reino Unido).
Ya en el siglo XX, las casas de apuestas tomaban forma con un aspecto y presencia empresarial muy profesional, dejando atrás los estadios marginales para ir transformándose en empresas multinacionales de prestigio. Paulatinamente iban limpiando la imagen de ilegalidad y mafia con la que se les identificaba en la primera mitad de ese siglo, creando entornos completamente seguros y confiables para los apostadores. Algunos países comenzaron a entender la importancia de crear un entorno legislado para proteger con más eficacia a estos usuarios y, además, hacerse con una parte de sus cada vez mayores beneficios vía impuestos.
El fútbol se convierte en el rey absoluto de las apuestas deportivas en la mayor parte del planeta, seguido de otros deportes, como el baloncesto, el tenis, la fórmula 1… Las casas de apuestas se van distribuyendo rápidamente por las ciudades y capitales del mundo formando un entramado muy importante a nivel social y económicamente productivo.
La legalización y la regulación del sector se estabiliza, garantizando plenamente la protección de los consumidores y la integridad de los deportes, evitando que el poder de estas empresas influya en los resultados de los partidos y de las competiciones. En el caso español es la Dirección General de Ordenación del Juego la encargada de controlar y auditar a estas empresas para asegurar la confidencialidad de los datos de los clientes, la total transparencia de la gestión de la casa de apuesta, la seguridad en las transacciones económicas y la garantía de un juego limpio.
La llegada de internet y el futuro de las casas de apuestas
La era contemporánea vive aún en estos momentos la mayor de las revoluciones en relación a las apuestas deportivas con la aparición de internet y las casas de apuestas online. Con estos sites, el abanico de opciones se amplía exponencialmente y se incorporan todo tipo de deportes, eventos y mercados.
El acceso a este tipo de juego se facilita enormemente, ya que, desde cualquier lugar y momento, con un terminal informático y acceso a internet, se hace posible participar de su oferta. Por este motivo, el aumento de apostadores se ha disparado alrededor del mundo. Según un informe de la firma de consultoría e investigación de mercado Gran View Reserch, el mercado de apuestas en línea crecerá una media de un 11,7% en esta década.