

Con nombre de mujer: Esperanza
![]() María José Caldero 06/03/2025 |
Se cumplen hoy jueves, 6 de marzo, cuarenta años de la muerte de la extraordinaria maestra del bordado Esperanza Elena Caro. A las puertas del, manoseado y tergiversado, 8 de marzo, entiendo más que procedente traer unas breves líneas para glosar la figura de una artista fundamental en la configuración estética de la Semana Santa que conocemos.
Esperanza nació en La Campana en 1906, un año después que lo hiciera en el corral de los chicharos de la Alameda mi abuelo Juan, aguaor de La Hiniesta. Desde pequeña le fue familiar el mundo del hilo y la aguja gracias al taller fundado por sus tíos José y Victoria en 1917 y en el que entró a formar parte con diecisiete años. El taller de los Elena Caro muy pronto se convertiría en un referente en el mundo del bordado religioso, realizando encargos para distintas hermandades. En 1943, Esperanza se pondría al frente, llevando la empresa familiar a las cotas más altas de prestigio y esplendor.
Sin dejar atrás la huella indeleble del estilo de Juan Manuel, Esperanza supo combinarlo con los nuevos diseños de artistas como Joaquín Castilla, Ignacio Gómez-Millán y Cayetano González. Entre sus aportaciones más características podemos destacar la introducción del relieve como elementos decorativo en los "candelieri" (motivo ornamental procedente del Renacimiento italiano) y las canastas de flores; y la sustitución de las grandes hojas de cardo del siglo XIX por diseños más ligeros en la decoración de los pasos de palio.
El reguero de obras en la Semana Santa de nuestra ciudad que llevan la firma de Esperanza Elena Caro abarca desde el manto de Recio de la Esperanza de Triana, los respiraderos del palio de la Virgen de la Angustia, el palio etéreo de las Aguas del Museo, el palio de Santa Genoveva, el manto de Madre de Dios de la Palma, etc., pero si hay una obra que la encumbró definitivamente, es el manto de la Coronación de la Esperanza Macarena, diseñado por Fernando Marmolejo, y que supone una de las cimas del arte sacro en Andalucía.
La maestría de Esperanza Elena Caro fue ampliamente reconocida durante su vida y, así, en 1971 recibió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
Hoy día, el apellido Elena Caro sigue vinculado al mundo del bordado sevillano y la saga familiar sigue conservando el estilo y los estándares de calidad propios de la firma.
Esperanza, un nombre de mujer que, puntada a puntada, contribuyó a la riqueza patrimonial de la Semana Santa de Sevilla.