NUESTRA SEÑORA DE CONSOLACIÓN DE UTRERA
María José Caldero 02/12/2024 |
El origen de la devoción a la Virgen de Consolación se remonta a la construcción de una pequeña ermita levantada en 1520 por Antonio de la Barreda. La misma contaba con dos pequeñas habitaciones blanqueadas en las que se colocó un lienzo con la escena de la Anunciación de la Virgen, a la que Antonio de la Barreda veneró con el nombre de Nuestra Señora de Consolación.
Esta primitiva imagen de la Virgen de Consolación en formato pictórico fue sustituida por una imagen de bulto redondo propiedad de Marina Ruiz, hija de una devota sevillana que llegó a Utrera en 1507, única superviviente de un convento de emparedadas tras la epidemia de peste de ese mismo año y que trajo consigo la imagen de la Virgen. Tras pasar por distintas vicisitudes, incluido el abandono y expolio de la ermita, la imagen vuelve a ella tras la llegada de fray Antonio de Santa María, un fraile portugués de la orden de los mínimos que vivirá en primera persona el milagro de la lámpara de aceite (aquella que de forma milagrosa estuvo encendida junto a la Virgen durante largas semanas cuando en la ermita no tenían aceite), que fue el punto de partida de una devoción que no dejó de crecer, llevando a los frailes mínimos a levantar un monasterio a la Virgen junto a la primitiva ermita.
La fama de milagrosa de la Alcaldesa Perpetua de Utrera y su extraordinaria devoción durante cinco siglos puede medirse en los casi 400 exvotos pictóricos dedicados a Ella. Aunque si hay un elemento que la identifica iconográficamente es el famoso barquito de cristal de oro y roca regalado por Rodrigo de Salinas, un comerciante y aventurero del siglo XVI que, para agradecer la protección de la Virgen en sus múltiples viajes hacia el Nuevo Mundo, decidió ofrendarle el bellísimo perfumero que desde el siglo XVII cuelga de la mano de la patrona de Utrera, una Virgen de tierra adentro con espíritu marinero que vio reconocida su fama de milagrosa y su devoción durante cinco siglos con la Coronación Canónica del 1 de mayo de 1964.