Don Pablo Blanco

Sin pelos en la lengua

Santo y seña. El que allá por los años setenta fuera símbolo de la garra, del orgullo por la pertenencia a una institución, de la honestidad en el terreno de juego y de la gallardía en la defensa a sus colores, pasado el tiempo sigue dando cada día más ejemplo del trabajo bien hecho.

Pablo Blanco perteneció a una generación de futbolistas en la que cuando uno se enfundaba la elástica de su equipo la piel cambiaba de color. Su corazón se trasladaba directamente al escudo que portaba en el pecho. Aún recuerdo su homenaje contra aquel Ferencvaros húngaro. Qué tiempos aquellos en los que los jugadores se despedían después de haber dado su juventud en los terrenos de juego con un merecido partido homenaje...

Lleva mucho tiempo ya el bueno de Pablo Blanco dirigiendo los escalafones inferiores del Sevilla Fc. ¿El resultado? Excelente es quedarse muy corto. La mejor cantera de Andalucía y de las mejores de España. El malogrado Antonio Puerta, Jesús Navas, Sergio Ramos, ahora Alberto Moreno... Por no hablar de otros como Campaña o Luis Alberto. Son ejemplos claros del éxito de su trabajo, así como una fuente inagotable de ingresos para el club. Además, multitud de jugadores que han pasado por las categorías inferiores del Sevilla pueblan las plantillas de equipos de Primera y Segunda. Lo dicho, una fuente inagotable de futbolistas y por ende de ingresos.

Con ese bagaje yo me pregunto si es justo que algunos personajes en el club, cuya única aportación es una frasecilla más o menos afortunada de vez en cuando, comprar camisetas a mansalva para después tener que malvenderlas en las tiendas del club como si fueran un todo a cien, o en el mejor de los casos colocar salchichas o botellines en los banquillos (con o sin beneficio personal), cobren infinitamente más que el encargado de generar la materia prima de la que subsiste esta entidad.

Ahí dejo la pregunta y la reflexión. ¿Quién es más imprescindible? ¿Quién debe estar mejor pagado? ¿El profesional que genera la materia prima, o un recién licenciado venido a más y cuyo único mérito reconocido es tener más cadáveres en los armarios que camisetas en los almacenes? No lo sé. Responded vosotros.

Yo, por si acaso, me apunto a mi homenaje particular y al agradecimiento hacia un sevillista de base que en la actualidad, y en la medida que le dejan, está desarrollando una labor encomiable. Gracias Don Pablo. A los otros, ya les agradece el jefe su labor con un estratosférico salario.