Mornar

El Petardazo

José Antonio Jiménez 16/07/2015

De no haber pasado nada en agosto de 1995, igual el jugador del que hablamos esta semana nunca habría vestido la casaca del Sevilla FC. Desgraciadamente, sucedieron unos hechos que ahora cumplen 20 años para lamentos de una hinchada que tuvo que vivir años complicados tras alcanzar la Copa de la UEFA a la conclusión de la 94/95. Es curioso que dentro de unos días se cumplan dos décadas de un descenso administrativo que nunca fue efectivo. El mismo día que Lopera volverá a ser el ‘dueño’ del Betis. El mismo día en el que puede certificarse la defunción de  Baloncesto Sevilla… Casualidades al margen, hablemos de Ivica Mornar.

Croata, como Suker, se presentó junto a Hibic. Estaba llamado a suplir a su compatriota. A sus 22 años, su rendimiento era una verdadera incógnita. En pretemporada no lo hizo mal, pero cuando las balas comenzaron a ser de verdad, sus carencias quedaron al descubierto. Dos goles en once partidos, su tarjeta de presentación en España. Dos aciertos que no se recuerdan tanto como su singular peinado o sus peleas nocturnas a las puertas de un conocido garito en el centro de la ciudad.

Había que quitárselo de encima, porque ni en Segunda aseguraba rendimiento. Por eso se marchó al Ourense, conjunto en que no lo hizo mal del todo (hizo ocho dianas con los gallegos). Sin embargo, nadie lo quería ver de blanco tras lo sucedido a lo largo de la 96/97. Sin cumplir las expectativas generadas con su fichaje se marchó por la  puerta de atrás.

Mornar acabaría su carrera en tierras inglesas. Actuando como mediapunta, no como en Sevilla querían que actuase sobre el terreno de juego (de delantero centro). Más retrasado era un digno profesional que a los pies de la Giralda no firmó más que ridículos.