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2-2: Bonito de ver pero frágil
El Sevilla, con los mismos defectos del pasado, estuvo poco resolutivo en las dos áreas ante el Everton
![]() Miguel Ángel Chazarri 06/08/2017 |
El Sevilla, por momentos, tiene una pinta magnífica. Cuenta con jugadores de calidad que se asocian con acierto. Se huele el peligro, todos los futbolistas se mueven con sentido colectivo. Pero cuidado, que otra vez saltan defectos parecidos a los de la pasada temporada. El primero, la fragilidad atrás, es un viejo conocido. Nada más saltar el Everton al campo, ya iba ganando 1-0. Nadie detectó el pase en profundidad a Sandro. Los centrales y mediocentros se despistaron. Gol en contra. Siendo un fallo, dicha acción se puede entender como un despiste, más que como una tara estructural. Lo peor es la sensación que dejó el partido. El Sevilla, que juega abierto y que por tanto queda expuesto, recibió peligro con facilidad. En el momento que el Everton apretó, metió en apuros a los nervioneses. Pareja cometió un penalti infantil, quizás producto del cansancio, mientras que Lenglet sigue en otro mundo. Regala cada balón... También hubo muchos problemas cuando, tras el 1-2, el equipo cedió el campo y trató de defender, si es que a eso se le puede llamar defender. Más bien, esperó el 2-2 pacientemente.
Tal defecto tendrá difícil solución, pues el Sevilla ha decidido jugar a dominar y ello son metros para el rival. La mejora vendrá porque individualmente los futblistas se engrasen y no se duerman. El segundo defecto, el gol, es cosa seria. Marcó dos el Sevilla, una cifra respetable, pero el equipo no termina de encontrar a sus delanteros. Ben Yedder necesita tres claras para marcar una y Muriel, mientras se pone en forma, falló dos. Pasó el colombiano bastante desparecibido por el partido. El Sevilla produjo lo suficiente para ganar, pero si no marca, al final el problema llega. Seguro. Posiblemente pueda convivir sin demasiados sobresaltos con tal defecto en Liga, para ganarle a equipos medianos. Pero la Champions, competición donde se quiere ser protagonista, es otra cosa. Ahí no hay perdón. Es pronto para valorar a Muriel, por supuesto, si bien no habría que dudar mucho para traer a Bacca o a alguien de su perfil.
Con estos dos síntomas a corregir transcurrió el partido ante el Everton. Lo jugaron los rojos de menos a más y desde luego mucho mejor cuando Berizzo deshizo el trío Pizarro-Banega-Nzonzi para dar entrada a Krohn-Dehli por Pizarro. Nzonzi, suelto, se las bastó. El equipo mejoró. También queda claro que una banda derecha formada por Mercado y Walter Montoya, la que jugó en la primera parte, ni es banda derecha ni nada. Extraña esa insistencia en Montoya, jugador al que seguramente le saldrá buena prensa porque corre, pero cuya aportación es discreta. Al equipo gusta verlo jugar, pero como no se endurezca en las zonas clave le será difícil ganar las grandes batallas. No pasa nada por ir al intercambio de golpes. El 'pequeño' matiz es que para ello se necesita gol, mucho gol. Y en este sentido, el equipo sigue teniendo un aire parecido al de la pasada temporada. A ver Muriel, a ver el segundo año de Ben Yedder, a ver ese delantero que viene de camino...
Imagen: sevillafc.es