Rabajda

El Petardazo

José Antonio Jiménez 31/03/2014

Ni a priori ni a posteriori tuvo explicación el fichaje de Gerardo Rabajda. Un arquero que antes de aterrizar en Nervión dio muestras de su poca calidad en tierras aztecas. Desgraciadamente, el Sevilla FC no tuvo más remedio que firmarle un buen contrato como contraprestación a los servicios realizados a la entidad por su representante, el ínclito Paco Casal.

Recuerdo que un medio tan digno como el difunto B&R le regaló la portada tras el 4-2 blanco ante el Real Oviedo en el Carlos Tartiere. ¡CULPABLE¡ titulaban Manolo Ruiz y sus solventes redactores. Una frase tan corta como contundente, adornada con la foto de un Rabajda que hizo todo lo posible para que los tres puntos se quedaran en casa. Mal por arriba, mal por abajo, inseguro e incapaz de parar hasta los balones que le mandaban los recogepelotas del vetusto feudo carballón. Estuvo tan mal como la noche de su estreno liguero ante el FC Barcelona. Eso sí, sus compañeros sí pudieron ante los blaugrana maquillar su lamentable debut.

Después de 180 minutos para olvidar, nunca más contó para Marcos Alonso y luego para Juan Carlos Álvarez. Que Valencia no jugara más cuestiones contractuales (hacerlo hubiera provocado su automática renovación) precipitó el fichaje de Frode Olsen, buen portero noruego que mejoraba notablemente lo que había en el vestuario, aunque tampoco pudiera evitar el retorno a Segunda división.

Rabajda, todavía con contrato en vigor, mataba el rato entrenando en solitario en la ciudad deportiva tras una poco exitosa cesión en Argentina y protagonizando algún que otro altercado nocturno que manchaba más su historial. Ya con Caparrós y Del Nido en el Sevilla FC, se desvinculó definitivamente de una entidad a la que le había sacado los ojos.

Como Casal cuando colocó por estos lares a Marcelo Otero, Tabaré Silva, Marcelo Zalayeta, Nico Olivera, Inti Podestá y a nuestro petardazo de la semana. Sin temor a equivocarnos, uno de los peores porteros de la historia del Sevilla.